La precampaña en los partidos marcha con moderación, más en el opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM) que en el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que acusa un proceso de confrontación.
En el PRM la precampaña transcurre en plena camaradería. La semana pasada los dos aspirantes presidenciales, el expresidente de la República Hipólito Mejía y el excandidato presidencial Luis Abinader, compartieron un desayuno de confraternidad.

Pese a las quejas de que el candidato patrocinado por el gobierno, el ex ministro de Obras Públicas Gonzalo Castillo recibe soporte de los aparatos del Estado, quien lidera esas denuncias es el precandidato opositor Abinader.

Fue ayer cuando el adversario interno Leonel Fernández aludió directamente la cuestión, cuando dijo que el domingo se debatirá en el país “si el destino nacional lo decide el dinero y el poder, o el mérito y la fuerza del pueblo”. Y que en el PLD se debe ascender por méritos, “no en base a la riqueza que se pueda aportar”.
Antes había expresado que se trata de una lucha entre David y Goliat.

Gonzalo Castillo ha insistido en mantener un discurso orientado aparentemente a evitar la confrontación frontal. Ayer decía: “Ayúdenme a caminar por el camino correcto. Dejemos atrás la vieja política del irrespeto, falsedades, insultos, por la nueva política basada en el intercambio de ideas y propuestas… Nuestro discurso no estará cargado de negatividad o críticas hacia nuestros opositores, les pido a todos que hagan lo mismo”.

En una campaña es inevitable que haya lances. Naturalmente, dentro de un espíritu de respeto. Sólo de esa manera se fortalece la democracia.

En general, se puede afirmar que la campaña ha sido discursivamente moderada entre todas las partes, con sus consabidos “piropos”.

Pero entre todos, los más amigables, hasta ahora, son los competidores de la oposición, que han llevado una campaña bastante cívica.

¿Se mantendrá ese tono en esta etapa final?

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