Marcio Veloz Maggiolo, un dominicano insigne que muere a causa de la covid-19, cuando todavía conservaba una vitalidad que le permitía contribuir con sus obras al crecimiento espiritual de los dominicanos.
Una pérdida lamentable. Un hombre de ciencia que abordó la creación en su más amplia extensión. Resumió en su quehacer la antropología, la historia, la novelística, el ensayo, la poesía.
Trabajador incansable que no se detuvo en la búsqueda de la esencia dominicana, el proceder y el quehacer del dominicano, desde sus orígenes.

Su obra literaria no tuvo límite, desde el entorno provinciano, hasta el mundo urbano en que nació y desarrolló, en los más variados y vívidos días de su existencia. Incluso para los niños, escribió Don Marcio Veloz Maggiolo.

Un escritor que trascendió más allá de la isla. Su más reciente novela, “Palimpsesto”, que recién circula, habla claramente de su fecundidad.

Razón había para que obtuviera el Premio Nacional de Literatura 1996, por el conjunto de su obra hasta ese año. Pero asimismo recibió el Premio Nacional de Novela en cuatro ocasiones. Premio Nacional también de Cuentos, Poesía y Literatura Infantil.

La academia fue parte de su carrera, donde supo compartir con los estudiantes sin aires de sabiduría. Era sencillamente un iluminador.

En la cotidianidad de sus días, Don Marcio seguía siendo el ser humano simple que ninguno de los lauros lo alejó de los demás.
Su humanidad era parte de su esencia, y su familia el mayor desvelo, junto a su compañera Norma Santana, ida a destiempo.

Expresamos nuestro pésame a la familia de Marcio Veloz Maggiolo. Un dominicano excepcional. “El autor más fecundo, versátil y completo de la literatura dominicana, con una obra tan inmensa como valiosa que resulta imposible resumirla o recorrerla en pocas líneas…” (Danilo Manera, Universidad de Milán, Italia), y agregamos nosotros, tan sencillo como el más común de los dominicanos.

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