Limpiar la Nación

¡Qué bueno que estemos ante un concepto nuevo para liberarnos de un mal con el que cargamos hace más de 500 años! Que surja un esfuerzo orientado a estimular en el ser dominicano un entendimiento de la necesidad de disponer adecuadamente de los desperdicios y de conocerlos en todas sus implicaciones.

¡Qué bueno que estemos ante un concepto nuevo para liberarnos de un mal con el que cargamos hace más de 500 años! Que surja un esfuerzo orientado a estimular en el ser dominicano un entendimiento de la necesidad de disponer adecuadamente de los desperdicios y de conocerlos en todas sus implicaciones.

Quizás nazca un comportamiento distinto, perceptivo de que los desechos no deben ser tirados en cualquier lugar, porque de esa manera expresamos un determinado grado de conciencia social, y porque empezamos a valorarlos en su dimensión más amplia, sea como desecho dañino, o perfectamente reusable, según su naturaleza.

Así podría empezar a valorarse adecuadamente la importancia de estar en capacidad de distinguir los elementos diferenciadores de los entornos, el arrabal urbano, la degradación ambiental en todos los planos y los espacios propicios para una vida sana.

Por eso, satisface el surgimiento del movimiento público-privado dirigido a fomentar ambientes limpios, una República Dominicana que aprende a habitar dentro de unos estándares propios de ciudadanos perceptivos de que la salud colectiva está asociada al mantenimiento de los espacios y lugares libres de contaminantes de todo tipo, incluidos los que impactan la visión y la audición.

Un sueño que puede empezar ahora si se acepta la prédica del Plan Dominicana Limpia, que tendrá una primera prueba con la jornada nacional de limpieza, la cual está convocada para el sábado 16 de septiembre.

Con esta iniciativa, los auspiciadores de Dominicana Limpia dan cumplimiento al decreto del Poder Ejecutivo 233-17, del 27 de junio, mediante el cual el presidente Danilo Medina declaró el tercer sábado del mes de septiembre de cada año como Día Nacional de Limpieza.

Esta jornada tiene que ser apoyada por toditos los dominicanos. Será una gran oportunidad para estimular el aprendizaje. Esa dosis de civismo en tiempos actuales es una magnífica iniciativa, pero hay que trabajar todos los días para que los dominicanos seamos sensibles. No es sólo que no tiremos basura, sino que cuando rueda en las calles, viaje en los ríos, se acumule en las esquinas, se desate esa sensación de asco y de culpa, y nos preguntemos: ¿por qué somos tan tirados y abandonados, tan insensibles a la degradación urbana y rural?

Limpiemos la nación, que es como limpiarnos nosotros mismos.

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