Resaltar la importancia de los bosques para la preservación de la vida humana pudiera parecer redundante y ocioso, cuando el calentamiento global y el cambio climático arrinconan a todas las especies y al hombre con una amenaza de extinción que asoma inexorable y cada vez más cercana.

Precisamente para resaltar su importancia, por decisión de la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2012, el 21 de marzo fue declarado Día Internacional de los Bosques, para crear conciencia de la importancia de las áreas forestales del planeta y su papel en la supervivencia de todas las especies. La fecha coincide con el comienzo de la primavera boreal y del otoño austral.

Los bosques albergan los ecosistemas terrestres, y son el hábitat natural de millones de especies de mamíferos, insectos, aves, anfibios, ofidios y otros tantos millones de vegetales sin los cuales la vida simplemente desaparecería.

El lema de esta celebración para 2024 es “Bosques e innovación: nuevas soluciones para un mundo mejor” que pretende resaltar la importancia de la tecnología para el control y monitoreo forestal, para que los países vigilen mejor sus bosques y puedan combatir la deforestación.

Cada año se pierden 10 millones de hectáreas boscosas, por su desaparición gradual, explotación intensiva o arrasadas por los incendios, de manera que los sistemas de detección temprana son fundamentales, y la innovación tecnológica tiene mucho que aportar.

El calentamiento global guarda mucha relación con esa tala intensiva, a veces por incendios con los que se pretende obtener más rápidamente tierras cultivables, lo cual atenta contra los reservorios de agua, disminuye la producción de oxígeno y genera altísimas temperaturas que al final hacen casi inservibles esas superficies “ganadas” con la quema.

En nuestro país no hay incendios masivos, pero gran parte de nuestros bosques, sobre todo en las áreas protegidas y parques nacionales, son constantemente invadidos para sembradíos y hasta por aserraderos clandestinos que casi nunca son perseguidos con el rigor que ameritan estos delitos.

Preservar los bosques, cuidar los árboles, sembrarlos, no podar si no hay necesidad y apoyar los programas de reforestación resulta crucial en estos tiempos, cuando la humanidad, enfrascada en sus guerras y en la explotación desenfrenada de los recursos naturales, parece caminar resignadamente y con indiferencia hacia la destrucción total del planeta.

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