Se inicia mañana, con la conmemoración del 209 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte, el Mes de la Patria, que abarca hasta el 27 de febrero, día de la Independencia Nacional.
Sería un mes y algo más porque se extiende hasta el 9 de marzo por el natalicio de Francisco del Rosario Sánchez.

Un lapso en el que estaremos vestidos con los colores de la Patria, al abarcar también el natalicio de Ramón Matías Mella el 25 de febrero, y el Día de la Bandera que se conmemora el 27 coincidiendo con la fecha independentista.

Se trata de algo simbólico porque el concepto de Patria no cabe en 30 días, sino que debería ser la vida entera.

Pero resulta muy positivo para que no se pierda el interés por resaltar a nuestras figuras señeras y a los símbolos que identifican la dominicanidad.

Como se dice que el que no ama ni respeta a su Patria no sabría amar nada, la ocasión se presta para reivindicar y loar a los padres fundadores y a todos los que a lo largo de nuestra historia han mantenido encendida la antorcha de la identidad nacional.

Al honrarlos por su sacrificio, está de por medio también la necesidad de que el verdadero dominicano no pierda su memoria histórica, sus costumbres y tradiciones, para que no se olvide de su esencia.

Con el Mes de la Patria adquiere vigencia y nos sirve de guía y de aliento la máxima duartiana de que “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor”.

Son fechas en las que se puede proclamar con orgullo y a todo pulmón que somos una nación libre y soberana, con himno y bandera propios, pero también con la capacidad de enfrentar las adversidades y salir adelante, a pesar de todo.

Ojalá estos treinta días sirvan para despertar en los dominicanos la necesidad de exaltar a esta tierra y a sus próceres con el ejemplo, con el compromiso de trabajar unidos por un país erguido sobre su propia dignidad.

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