La crisis sanitaria desatada por la COVID-19 ha devenido en algunos países en crisis sociopolíticas o en conflictos de ejercicio de autoridad, como pasa en Brasil, o se complica con tensiones raciales con profundas raíces históricas como en Estados Unidos.
En República Dominicana la crisis sanitaria llega en medio de un múltiple proceso electoral. El impacto social de la misma ha sido solventado hábilmente por el gobierno con sus programas sociales y la línea flexible hacia prestadores de servicios informales, que han sobrevivido a las restricciones.
Como el partido gobernante está empeñado en continuar en el poder, obviamente saca ventaja a los programas sociales, que los proyecta como propios, con el propósito ampliar el marco de simpatías en atención a las votaciones del 5 de julio.
Sin embargo, para algunos sectores y para una línea de pensamiento en construcción, la cual adelantó ayer la periodista Yanessi Espinal en elCaribe, no sólo preocupa el estado actual de la crisis sanitaria y social, sino el futuro, después del día de las elecciones.
La percepción es que para garantizar la gobernabilidad, se requiere de consensos y de un amplio sentido de unidad para conducir a la Nación por los senderos de orden y paz.
En esa perspectiva, los resultados de las elecciones presidenciales y congresuales tienen que ser robustos, claros, que proyecten sin máculas a los ganadores.
Tienen que ser unas elecciones limpias, que no dejen lugar a dudas, porque con las tensiones acumuladas en la sociedad, la continuidad democrática puede correr peligro.
La pregunta más sensata, que no sabemos cuántos se la están haciendo, es si todos los actores comprenden la dimensión del momento.
La cuestión no es sólo la frágil coyuntura en que se celebran las elecciones por la crisis sanitaria, las precarias condiciones en que deben celebrarse, el valor de una justa competencia y todo lo que implica un proceso eleccionario participativo, sino, al final, que no surjan cuestionamientos firmes sobre la legitimidad de los resultados.
Este ejercicio futurista no es ocioso. Quienes estudian la sociedad deben ver no sólo lo que ocurre ahora, o en el pasado reciente, sino enfocar la mirada hacia el mañana…
