Lo esencial para los dominicanos en esta coyuntura, más allá del lógico y legítimo empeño en recuperar la normalidad, en reactivar su aparato productivo y la prestación de servicios, es poner todo el esfuerzo posible para el éxito de la campaña de vacunación.
Hay que insistir en el cumplimiento del protocolo anti covid-19, en el distanciamiento y las medidas de higiene, pero la protección eficiente y duradera viene con las vacunas, y ya las tenemos hasta agotar la primera fase, que incluye los combatientes de primera línea y a los mayores de 70 años.

Con el millón 50 mil unidades de vacunas chinas, los dominicanos reciben otra dosis de estímulo para avanzar hacia la recuperación económica y espiritual, para aumentar el sentido de seguridad para asumir las tareas habituales.

Para ese fin, es clave que el gabinete de Salud prosiga su ejercicio de concentración para que el programa de vacunación marche como aspiramos, y se cumpla el plan de esta fase, que persigue completar la segunda dosis a quienes ya fueron inoculados y avanzar hacia la segunda fase.

La logística de la primera funcionó bien. Hubo inconvenientes y tropiezos, pero cada día se incorporaban nuevos aprendizajes y las dificultades quedaban atrás. La tarea se cumplió con una organización bastante funcional y un elevado espíritu de humanismo y solidaridad.

Resaltábamos en estos días el papel desempeñado por las universidades y otras instituciones o agencias privadas que dispusieron facilidades para que la campaña alcanzara los objetivos.

Pero debemos insistir en una clave: La comunicación. Ayer los medios hacían esfuerzos para determinar con propiedad cuándo y cómo continuaba la campaña. En la tarde, la vicepresidenta Raquel Peña emitió un mensaje en una de las redes sociales en el que se adelantaba alguna información. Pero entendemos que todo lo relativo a esta campaña debe ser mucho más explícito y redundante.

La gente está a la espera de las vacunas y necesita información suficiente para responder al propósito perseguido.

Vamos bien, pero podría ser mejor. Mientras tanto, imaginamos que el gobierno trata de asegurar las próximas dosis de las vacunas procedentes de China, con las debidas diligencias, y la receptividad, comprensión y la solidaridad de las autoridades de esa nación.

Avanzamos con un nuevo impulso.

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