La explosión o fuga de gas en una envasadora de gas licuado de petróleo (GLP) en Santiago, ocurrida durante el fin de semana, trae al escenario un tema que se torna recurrente: la seguridad en las estaciones de expendio de GLP y otros combustibles.
El accidente, ocurrido en el trayecto Licey-Tamboril, con el trágico saldo de al menos tres personas muertas y varias lesionadas, revive temores por la peligrosidad que representa la operación de ese tipo de negocio en entornos en los que hay viviendas.

¿Qué tanta seguridad o inseguridad hay alrededor de las estaciones de expendio de gas? La respuesta pudiera ser subjetiva, según la interpretación que se le dé a la frecuencia y magnitud de los accidentes vinculados.

El fin de semana la tragedia fue en Santiago, donde en los últimos 10 años se han producido siete fugas. En el Gran Santo Domingo en el 2017 ocurrieron dos acontecimientos que conmovieron y que obligaron a las autoridades reguladoras a tomar medidas, cuya aplicación aparenta no ser tan eficaz. En los sectores Los Ríos, en el Distrito Nacional, y Alma Rosa, en Santo Domingo Este, ocurrieron explosiones en plantas envasadoras con grandes pérdidas humanas y materiales.

A raíz de esos acontecimientos, que ocurrieron con una diferencia de tiempo muy pequeña, el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes, como ente regulador del mercado de expendio de combustibles, emitió la Resolución 201, del 20 de octubre del 2017, reformulando los requisitos de seguridad aplicables a las envasadores y estaciones de GLP.

La resolución clasifica a las envasadoras, para fines de aprobación o de actualización de las que estaban operando al momento de la medida, según su ubicación, sea urbana o rural, y de acuerdo con la definición que considera centros de concentración de personas las viviendas, oficinas, edificios residenciales y profesionales, hospitales, centros educativos, iglesias, teatros, parques y similares, así como establecimientos que puedan representar riesgo de incendios o comprometer la seguridad de las personas y bienes.

También definió una serie de requisitos técnicos de los equipos de las estaciones, como tamaño de las válvulas. Y dispuso una serie de inspecciones y chequeos a las operaciones de esas unidades para garantizar su buen funcionamiento.

¿Qué tanto se cumplen esas medidas? La ocurrencia de accidentes como el de Santiago genera dudas.

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