A propósito de varias auditorías publicadas en los últimos días por la Cámara de Cuentas, en las redes sociales y “radio Bemba” se han dado banquete con meter a gente presa e informar sobre inminentes interrogatorios a personas de renombre.
Si juzgamos por las piezas publicadas y las que restan, porque el presidente de la Cámara de Cuentas adelantó que serían 15 en total y solo van ocho, la judicatura tendría un diciembre muy activo.
Pero gozos y expectativas aparte, hay que permitir que los mecanismos del sistema funcionen y de ahora en adelante se despoje a estos procesos de espectacularidad.
Empezando por el propio Ministerio Público, que debe darse por aludido en lo que pudiera tocarle de las palabras de la procuradora Miriam Germán en el almuerzo de la Cámara Americana: “Hay que evitar que la notoriedad de un caso derive en la sobreexposición mediática de las víctimas y los imputados (…) Los casos deben ser dilucidados en los tribunales, para adoptar una decisión conforme a los hechos verificados y al derecho aplicable”.
De eso se trata. Cero circo y bemberria en la lucha por adecentar la vida pública, que tiene en Odebrecht un frustratorio ejemplo reciente.
La bulla de la calle, y de las redes, así como tener corruptos favoritos de antemano, siembra descreimiento y desconfianza si de por medio no existen expedientes robustos y sometimientos amparados en bases legales y pruebas.
La intervención de la procuradora Germán Brito cayó como anillo al dedo en este momento: “El proceso penal no implica la pérdida de la dignidad de las personas”, proclamó ella, con lo que estamos totalmente de acuerdo, razón por la que hemos clamado por el respeto al derecho que tiene toda persona a que se le presuma inocente mientras no se haya declarado su culpabilidad por sentencia irrevocable.
Para los que empiezan la fiesta temprano, va esta cita del periodista e investigador peruano Gustavo Gorriti, muy empapado del caso Odebrecht en su país: “Cuanto más ruidoso sea el linchamiento y más queme la hoguera, mejor se podrán ocultar los bribones que danzan alrededor de ella”.
