Prueba para la democracia

Desde cualquier punto de vista, el país está en un período interesante, sea como antesala de un proceso electoral el año que viene o como coyuntura de definiciones políticas que habrán de incidir en el futuro cercano.

Desde cualquier punto de vista, el país está en un período interesante, sea como antesala de un proceso electoral el año que viene o como coyuntura de definiciones políticas que habrán de incidir en el futuro cercano.

Desde esa perspectiva, merece atención el acontecer en la Junta Central Electoral (JCE), institución responsable de la organización de los mecanismos de elección de las autoridades nacionales, congresuales y municipales.

En efecto, ahora está centrada en definir las fuentes de financiamiento para ayudar en el montaje de los sistemas de selección de los candidatos en los partidos y agrupaciones políticas. Asimismo, acelera planes y programas con vistas en las elecciones de 2020. También está empeñada en lograr consensos aprobatorios de los procedimientos para el ejercicio del sufragio, como sería el uso de máquinas electrónicas, ya para votar en las primarias de las organizaciones políticas o para las votaciones generales.

Asimismo, los partidos y agrupaciones políticas deben escoger sus candidatos. Ya han establecido mecanismos de votación, pero surgen brumas acerca del tipo y uso del padrón para ese fin.

Ya se adelantan precandidaturas, algunas muy activas y otras algo apagadas o indefinidas. En el caso del partido oficial, si bien hay varios precandidatos, el proceso luce incierto, predominan las brumas.

El Presidente de la República es alentado por fervientes parciales a buscar la reelección, pero tiene un impedimento constitucional. Él mismo escogió el mes de marzo para definir su actitud frente a una posibilidad. La gran interrogante es si intentará conseguir la reforma constitucional que permita su habilitación o desestimará esa posibilidad, sometiéndose a lo previsto en la Carta Magna.
La actitud que habrá de adoptar el Presidente tendrá un impacto importante en el desempeño de los actores políticos y hasta en los agentes económicos. También se reflejará en la vida social e institucional.

Ahora asistimos a un momento especial. Se van conjugando factores que ayudarán a despejar el panorama nacional. Más que un año preelectoral como suele decirse, es de definiciones sobre lo que podría ocurrir en el proceso de 2020, una prueba importante para la democracia al estilo dominicano.

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