Los gobernantes haitianos cíclicamente adoptan medidas unilaterales que alteran los términos de los intercambios en la isla. En el pasado, las mismas podían impactar las relaciones diplomáticas o políticas entre los estados, pero en los últimos tiempos se centran en el corredor fronterizo, sea restricciones al comercio o el bloqueo unilateral del paso.

Es decir, que la informalidad continúa marcando las relaciones entre los dos países. Hemos visto en estos días el cierre de la frontera en medio de la pandemia y después restricciones al comercio en los mercados.

Ahora, los exportadores dominicanos más formales amanecen con la mala noticia de que cada camión que entre al territorio haitiano debe pagar US$ 800 para la inspección de Aduanas.

La medida no sólo afecta al comercio dominicano, sino también a muchísimos haitianos que viajan a República Dominicana a adquirir productos esenciales.

Esa nueva carga impositiva, que no obedece a ninguna regla, sin previo aviso, también afecta a los consumidores haitianos, que ven reducir sus posibilidades para acceder a bienes que ingresan desde territorio dominicano a menor costo.

Pese a todo eso, el estado dominicano, o más propiamente la Administración, mantiene una política amigable hacia Haití, y nunca aplica algún mecanismo sancionador que permita disuadir al vecino hosco.

Es un problema difícil de manejar, porque a decir verdad, los haitianos tienen muy poco que ofrecer a los dominicanos. Y desde hace años tenemos un intercambio desigual.

Sin embargo, el Estado cuenta con otros medios para propiciar que Haití entienda que debe desarrollar unas relaciones más amigables y productivas con el pueblo dominicano, que compartimos una isla en la cual los dos lados deben hacer lo necesario para que la vida de sus habitantes sea mejor.

Con un país tan pobre como Haití, trasladar cualquier diferendo a la Organización Mundial de Comercio (OMC) sería perder el tiempo. Más vale que el gobierno nacional haga lo posible para que se abra el diálogo binacional para tratar de que los términos de nuestras relaciones resulten convenientes para ambos lados de la isla.

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