Aquellas imágenes de un Presidente de la República saltando charcos o canales, o bajándose para traspasar una alambrada, resultaron impactantes. Y surgieron incluso preocupaciones por los riesgos a que se exponía. Pero no se conocía el contexto de lo que se gestaba.

Eran los primeros pasos de las visitas sorpresa. Cuando Danilo Medina empezó a anunciar compromisos con agricultores y productores, con desembolsos de recursos públicos, en unos encuentros populares, aparentemente improvisados, vino el cuestionamiento, porque se consideraba que tales actividades caían propiamente en el marco de trabajo de las agencias agropecuarias.

Pero el presidente Medina no se detuvo. A este mes ha realizado 218 visitas, con las cuales impulsa 1,689 proyectos, con un costo de RD$37,898, millones, de los cuales terminó 903, cerca del 53.46% de los iniciados desde 2012.

Hoy debemos admitir que el Presidente rompió paradigmas organizacionales y creó un nuevo concepto de desarrollo rural. Los resultados están ahí.

Vimos ayer la inauguración de una planta procesadora de lácteos, frutas y néctares, acordada en su Visita Sorpresa 158, en Hato Mayor, entregada a los miembros de la Cooperativa Agropecuaria de Ganaderos de Hato Mayor, (COOPAGAHAMA), con 150 ganaderos medianos y pequeños. Crea 50 empleos directos y 300 indirectos.

Como ese proyecto, ya están funcionando otras tres plantas procesadoras de lácteos y 63 proyectos ganaderos han sido apoyados para beneficiar a 23,000 familias.

Las visitas sorpresa han tenido un radio de alcance que no sólo impacta a los ganaderos, sino a la generalidad de los productores que requieren mejores niveles de apoyo. Las visitas sorpresa también tienen un efecto multiplicador en algunas economías locales y conllevan una didáctica comunicacional entre gobernantes y gobernados.

No todas las visitas han dado los resultados esperados, pero hay logros visibles. Y la Administración ha ganado reconocimiento por esas obras.

Por eso, el Presidente fue uno de los invitados especiales al Consejo de Gobernadores del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), que se celebró en Roma, Italia, la semana pasada, donde explicó cómo ha desarrollo un modelo que contribuye a mejorar la calidad de vida de miles de personas.
Las visitas sorpresa han sido una iniciativa innovadora y debe ser reconocida como tal.

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