Y se habla de progreso

Celebramos el crecimiento de la economía y la riqueza nacional en los últimos cincuenta años. Y sucesivamente la estabilidad de los últimos doce, pero seguimos arrastrando los grandes déficits sociales, aunque nos place que se diga que somos un país de desarrollo medio.

Celebramos el crecimiento de la economía y la riqueza nacional en los últimos cincuenta años. Y sucesivamente la estabilidad de los últimos doce, pero seguimos arrastrando los grandes déficits sociales, aunque nos place que se diga que somos un país de desarrollo medio. No se ignora el esfuerzo por mejorar la educación, pero no ocurre igual con el sector Salud.

La tasa de mortalidad neonatal es de 25 por cada 1,000 nacidos vivos. Sólo Haití, Guyana y Bolivia están peor. La encuesta Enhogar de 2014 reveló que cada día mueren trece bebés con menos de 28 días, 80% de las veces por causas prevenibles.

Pese a que el 85% de los partos se efectúan en centros de salud y bajo el cuidado de profesionales, el país es el segundo con mayor mortalidad materna en el Caribe. Al pasado 16 de julio de este año, ya habían muerto 94 mujeres embarazadas, 12 más que en 2016 en igual período, según el informe de la Colectiva Mujer y Salud. La tasa de la Oficina Panamericana de la Salud (OPS) es de 119 muertes maternas por cada 100,000 nacidos vivos. Sólo Bolivia, Haití y Saint Kitts y Nevis están con números peores que República Dominicana. El año pasado murieron 168 mujeres en esa circunstancia. La OPS sostiene que la mayoría de esas muertes podrían ser evitadas.

Vergonzosamente estamos entre los primeros cinco países con mayor cantidad de muchachas y adolescentes embarazadas entre 15 y 19 años, y quizás con menos edad.

Ahora está en debate el alto número de mujeres que son sometidas a cesáreas por conveniencia de los médicos o los centros hospitalarios. Aunque la OPS recomienda que la tasa de partos por cesárea no supere el 15%, estamos por encima del 56.4%. Una de las más altas del mundo.

El debate abierto por las crónicas de nuestra redactora María Teresa Morel sobre las cesáreas muestra las debilidades del servicio de salud y la falta de regulación del Estado. ¡Y cómo los diferentes actores se tiran la bola! Y para que todos estén felices, les dejarán los partos a enfermeras especializadas.

Es deplorable. Y se habla de progreso.

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