El 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, para alertar a la comunidad mundial sobre los efectos nocivos y devastadores que tiene sobre el planeta.

Y aunque esta fecha nunca fue proclamada oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), persigue uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles más importante, el número 13: Acción por el Clima.

En relación con esto, la ONU proclamó también el Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra el 5 de junio, para sensibilizar a la población mundial sobre temas ambientales y movilizar a los gobiernos para que actúen en este ámbito.

Existen otras celebraciones con este mismo objetivo: La Hora del Planeta, Día Mundial de la Eficiencia Energética, Día Mundial del Agua, Día de la Madre Tierra, Día Mundial del Reciclaje, Día Libre de Bolsas de Plástico, todas ellas para crear conciencia sobre prácticas y actividades industriales que destruyen ecosistemas y resultan nocivas para la vida.

El cambio climático es la variación global del clima y la temperatura del planeta, generada a largo plazo por causas naturales, pero la contaminación por la actividad humana ha acelerado este proceso a una velocidad alarmante, debido a la emisión de los gases de efecto invernadero provocados por la quema de combustibles fósiles, el uso del suelo, el uso exponencial de la energía y las actividades industriales.

No hace mucho el calentamiento global parecía una lejana amenaza que tardaría en llegar, pero ya ha llegado, las temperaturas aumentan, el nivel del mar crece, el medio ambiente se degrada a toda velocidad y mientras unas regiones se inundan y desaparecen sembradíos y pueblos, en otras las sequías acaban con la vegetación y con las fuentes de agua.

Todos podemos aportar nuestro granito de arena a combatir el cambio climático, comprar productos que provengan de material reciclado o materiales biodegradables, controlar dispositivos, equipos electrónicos y vehículos, preferiblemente repararlos antes que sustituirlos totalmente, consumir productos naturales u orgánicos de fabricación local o usar electrodomésticos de bajo consumo, por ejemplo.

En las últimas décadas las naciones establecieron acuerdos para revertir el cambio climático, como el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París, pero su éxito depende de que todos nos involucremos, que nos organicemos para exigir a los gobiernos, a las industrias, a los poderes de turno, que no contaminen y cuiden el planeta, que es cuidar la vida de todos.

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