Tolentino Dipp

Hugo Tolentino Dipp pasa a la historia como un ciudadano que contribuyó al desarrollo institucional de la República Dominicana.

Hugo Tolentino Dipp pasa a la historia como un ciudadano que contribuyó al desarrollo institucional de la República Dominicana.
Con una vida apegada a valores afirmados en ideales de libertad y justicia social, construyó una visión sobre la dominicanidad y lo dominicano, como un producto del devenir histórico forjado en la mezcla de razas y culturas.

Entra en el grupo de los intelectuales forjadores de una nueva historiografía que permite ver el pasado desde una perspectiva diferente a la conocida hasta mediados del siglo pasado. Como docente de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) o como simple ciudadano, trató de redescubrir el ser dominicano en la más amplia dimensión, desde sus hábitos alimenticios hasta su imaginario sociopolítico.

Y en su compromiso social, jamás tuvo duda acerca del lugar que habría de ocupar en el afán de los dominicanos para alcanzar un futuro mejor.

Es así como en los difíciles momentos que vivió la República durante la revolución de 1965 formó parte del equipo de intelectuales que le dieron soporte político a la presidencia de Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Pasada la Revolución, Tolentino Dipp juega un importante papel en el proceso de transformación de la UASD como miembro del movimiento Renovador y desde entonces desarrolla una carrera académica que lo conduciría hasta la Rectoría.

En paralelo, asume responsabilidades políticas en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), desde el cual alcanzó una diputación y con ella la presidencia de la Cámara Baja. Todo el tiempo al lado del líder José Francisco Peña Gómez, es considerado como una de sus Eminencias grises.

Luego sería miembro del Gabinete del presidente Hipólito Mejía, como canciller, hasta que se produjo la decisión de enviar tropas dominicanas a combatir a una guerra de Estados Unidos contra Irak.

Ante semejante decisión del gobierno nacional lo menos que se podía esperar de un canciller como Hugo Tolentino Dipp era la renuncia, y así ocurrió.

Hugo Tolentino Dipp fue un buen dominicano. Un político e intelectual comprometido que jamás se apartó de su humanidad para ver la vida como un motivo permanente en la búsqueda de la felicidad.

Nuestras sinceras condolencias a sus familiares y a sus compañeros del Partido Revolucionario Moderno (PRM).

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