Un nuevo año
Un nuevo año

Otro año termina, marcado por tiempos convulsos, guerras, desigualdades y un cambio climático que ya no es una amenaza sino una realidad que castiga a poblaciones enteras.

Sin embargo, la innata capacidad de los seres humanos para aferrarse a la esperanza, para identificar siempre una lejana tabla de salvación, para apoyarse en ideales que marcan objetivos loables, para salir adelante pese a los más oscuros presagios de desastres, es lo que sostiene a los pueblos en su camino hacia el futuro.

Es tiempo de celebraciones, de dejar atrás las diferencias que alguna vez nos separaron de nuestros seres queridos, de nuestro terruño que tuvimos que dejar para buscar un futuro mejor, pero al que volvemos con las alforjas cargadas de regalos, de buenos deseos, en busca de una alegría que jamás daremos por perdida.

Mientras cada cual se reúne para festejar en familia, aunque tenga que recorrer enormes distancias, mientras se comparte una cena y se cuentan los minutos hasta que el instante exacto de la medianoche señala una despedida y una llegada, sería bueno tomarse un momento para reflexionar, para fijarse pequeñas metas accesibles y buscar lo que sea mejor para cada quien.

Esto implica defender con firmeza aquello en que se cree pero también respetar el punto de vista de los otros, sin burlarse de sus opiniones ni descalificar a nadie porque no piensa igual, sobre todo afrontar los días con un poco más de optimismo y ganas de esforzarse por alcanzar los propios objetivos.

No hay mejor territorio para recibir el Año Nuevo que la propia familia, con la armonía que solo es posible cuando se pone la mejor voluntad para estar en paz con uno mismo y con los demás.

Se trata también de cuidarnos de los excesos en todos los órdenes, no comer todo lo que se ponga en la mesa ni mucho menos beberse todo el alcohol que aparezca, porque se trata de festejar, no de terminar en una sala de emergencia.

De ahí que exhortamos a festejar en el ambiente familiar, en lo posible sin desplazarse innecesariamente por las calles, a las que el alcohol y la imprudencia que se acentúa en estos días tornan doblemente peligrosas.

Finalmente, vaya nuestro deseo de que todos comencemos el año trabajando por un mañana mejor y aportemos a la de construcción un mundo que merezca ser vivido.

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