Cuando los sectores políticos y económicos de la derecha brasileña propiciaron el encarcelamiento de Luiz Inacio Lula Da Silva, nunca pensaron que estaban dando mayor fortaleza a una leyenda de la política de esa nación. Usaron a un juez lleno de odio y rencor personal, que violaba la normas más elementales y hablaba mentiras, y lograron que apresara a Lula sin pruebas y al mismo tiempo le impidiera ser candidato presidencial, pese a que en todas las encuestas estaba en primer lugar.

Mientras inhabilitaron a Lula, impulsaron a un candidato de extrema derecha, Jair Bolsonaro, un ex-militar ultrareaccionario, machista, fascista, admirador de las dictaduras militares que sojuzgaron a Brasil y un político sin ninguna idea sobre la realidad de Brasil. Creyeron que sin Lula en la boleta electoral, el camino del fascista de Bolsonaro estaba libre. Pero la realidad se le viró de manera completa.

Aunque Bolsonaro sigue encabezando las simpatías con un 28%, su tasa de rechazo es la más alta y sigue subiendo. La mayor parte del país político se ha expresado en su contra y todas las encuestas dicen que a pesar de que ganará en la primera vuelta de las elecciones del próximo domingo 7 de octubre, perderá fácilmente de cualquier otro candidato en la segunda vuelta a celebrarse el 28 de octubre.

Y ese candidato que vencerá a Bolsonaro en la segunda vuelta no es otro que el delfín escogido por Lula para ser su sustituto en la boleta del Partido de los Trabajadores: Fernando Haddad. La estrategia de Lula y el PT ante el abuso de la extrema derecha y sus aliados en la justicia, fue escoger a quien era el candidato vicepresidencial y promoverlo en base a una plena identificación con Lula, con la finalidad que la gran simpatía del ex-presidente brasileño fuera pasando a su delfín.

La consigna de la campaña es “Lula es Haddad y Haddad es Lula” y la misma ha dado un resultado certero. Fernando Haddad, que fue ministro de educación en los gobiernos de Lula y Alcalde de Sao Paulo, empezó el proceso con un débil 5% y en ultimo lugar, pero luego de la campaña que lo identifica como el delfín de Lula, su simpatía se ha disparado y en sólo tres semanas ha subido hasta un sólido 22%, alcanzando el segundo lugar. Y todas las encuestas coinciden en que se perfila como el ganador de la segunda vuelta electoral.

El delfín de Lula, cubierto por la sombra y el apoyo decidido del ex-presidente brasileño, será el próximo presidente de Brasil. Y Haddad ha expresado con claridad que su meta es retomar las políticas públicas de los gobiernos de Lula, rescatar la economía de Brasil, implementar nuevamente los programas sociales y reivindicativos que impulsó Lula durante sus dos períodos de gobierno y garantizar el bienestar de la población brasileña.

Lula, desde la cárcel, ha logrado vencer la estrategia de la derecha brasileña. Y su delfín, Fernando Haddad, camina a convertirse en el próximo presidente constitucional de Brasil, para bien de todos los brasileños, de la economía de esa nación y para tranquilidad de todos los países de América Latina.

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