El directo y claro mensaje de Danilo

Muchos se quejan de que el Presidente Danilo Medina no es de mucho hablar. Pero el pasado 27 de Febrero calló la boca a todos, porque habló y habló mucho, de forma clara, directa, contundente y habló hasta por los codos.

Muchos se quejan de que el Presidente Danilo Medina no es de mucho hablar. Pero el pasado 27 de Febrero calló la boca a todos, porque habló y habló mucho, de forma clara, directa, contundente y habló hasta por los codos.

Él se defiende de quienes le criticamos que no es de mucho hablar, diciendo que es un hombre que prefiere hablar con hechos y no con palabras. Pero ante el Congreso habló con hechos y también con palabras.

Independientemente de cumplir con los aspectos administrativos y de Rendición de Cuentas de su gestión gubernamental, correspondiente al año 2018, según lo establece la Constitución en su artículo 128, ordinal f) la mejor parte del discurso estuvo al final, en el contexto social y político de sus palabras.

Primero, su mensaje de radiografía social dedicado especialmente a la juventud, señalando ”La gente lee en el celular las noticias y no sabe que es verdad y que es mentira. Los jóvenes miran al futuro y se preguntan si tendrán o no oportunidades para abrirse paso en él, para encontrar empleo en un mundo de la inteligencia artificial. Los mayores ven como los valores cambian rápidamente en la sociedad y se preguntan si las influencias que tendrán sus hijos serán o no las mejores. Todo es inmediato y desechable, incluso las ideas y hasta las personas… Y lo más valorado parece ser lo fácil, lo rápido, lo que no cuesta.”

Segundo, su advertencia sobre las improvisaciones, la inexperiencia y la demagogia de aquellos que hablan de resolver todo fácil y a corto plazo como si tuvieran una varita mágica, cuando solo saben criticar, criticar y criticar, a quienes les dijo: ”Hace falta mucha voluntad y capacidad de gestión para emprender reformas, modernizar leyes e instituciones o garantizar nuevos derechos y libertades. Ningún proyecto de nación que haya perdurado se construyó en una hora. Ningún plan de desarrollo se ha implementado sin esfuerzo.

Ninguna estrategia de país ha sido diseñada por un hombre solo. Ningún sueño se ha hecho realidad sin sudor y sin sacrificio. Lleva mucho tiempo ver los proyectos dar sus frutos. Y, por el contrario, puede tomar minutos o incluso segundos verlos desaparecer.”

Pero lo más interesante y contundente fue su respuesta política a los opositores internos dentro de su propio Partido, cuando les advirtió: ”No soy ese compañero de chercha que sólo está en las buenas y que a la mañana siguiente no quiere saber de sus problemas. No me busquen en el chisme del día, en la crítica estéril, en la división, ni en la demagogia. Búsquenme siempre en la carrera de fondo, la que muchas veces no obtiene ovaciones, ni titulares en la prensa, pero es la más necesaria. Búsquenme con los que trabajan callados. Sí, para llegar a su escuela temprano, para atender una oficina pública con una sonrisa, para quedarse una hora más a resolver un problema. Búsquenme allí donde no haya cámaras filmando, pero sí personas que necesitan ayuda. Porque allí voy a estar, escuchando. Como lo hice durante años antes de ser su presidente y como lo sigo haciendo ahora, cada semana. Búsquenme del lado de los jóvenes que luchan por salir adelante, por participar en la vida pública y por prepararse para un futuro incierto. Y allí, junto a ellos, también pueden buscarme.”

 

Y como si todo esto fuera poco, remató al final diciendo: ”Ustedes ya me conocen. No vengo a traerles trucos de magia, planes faraónicos, ni palabras grandilocuentes. Soy un hombre sencillo, que ama su trabajo y a su país. Nada más. Lo único que vengo a traerles es la verdad que conozco. La que vivo cada día, a través del contacto con todos ustedes. No creo que todo sea perfecto, no creo que todo esté resuelto, no vivo en una fantasía, pueden estar seguros de eso. Pero tampoco vivo en el cinismo, ni en el desánimo. Allí no me llevarán nunca. Porque desde ahí no se construye, desde ahí no se suma, desde ahí no se avanza. Por eso elijo decir “en qué le ayudo” en lugar de “eso no sirve” o “eso no se puede”. Elijo pensar que quien me habla tiene buenas intenciones, en vez de sospechar de su palabra. Elijo ver el potencial de cada cosa y cada persona, y no sus defectos. Elijo intentar nuevos caminos, buscarle la vuelta a los problemas, pero nunca rendirme. Prefiero vivir en el país del vaso medio lleno, del optimismo, del “sí se puede”, del “vamos arriba”. Y sé que la inmensa mayoría de los dominicanos y dominicanas también lo prefieren. Porque desde ahí se hace Patria. Desde ahí se avanza y desde ahí se llega. Por eso, antes de cerrar estas palabras, hoy les digo: Cambiemos el “sálvese quien pueda”, por el “juntos podemos”. El egoísmo por la solidaridad. La prisa por la comprensión. El cinismo, por la esperanza. Acompáñennos a seguir haciendo Patria juntos. Acompáñennos a poner nuestra energía, talento, capacidad, fe y entusiasmo al servicio de las mejores causas. No será un camino fácil, es cierto, pero es el único que vale la pena recorrer.”

Sobre su expresión de que ”Estoy dispuesto a pagar el precio que haga falta por servir a nuestra Patria”, me hizo recordar la expresión de Julio César al cruzar el Rubicom camino a Roma ”Alea Jacta Est”. La suerte está echada, y si alguien quiere seguirlo dudando, nos vemos en las urnas, el 17 de Mayo del 2020

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