El tablero geopolítico entra en una etapa de redefinición en este 2024, pues unos 70 países, 6 de ellos ubicados en la región de Latinoamérica, renovarán sus autoridades políticas de elección popular.

En este nuevo año se celebrarán elecciones presidenciales en países con una estructura y organización política tan disímiles como Estados Unidos, Rusia, Ucrania, India, Taiwán, Corea del Sur, México, Venezuela, El Salvador y República Dominicana, tan solo por citar algunos, puesto que la lista es extensa.
Desde el punto de vista del valor estratégico y el interés mediático que generan estos comicios, brindaremos una perspectiva del devenir de esos procesos.

En cuanto a Estados Unidos, trasciende el posicionamiento en las encuestas del expresidente y candidato republicano, Donald Trump, quien ha sabido sacar provecho a los problemas con la justicia por las acusaciones en su contra que van desde el acoso sexual hasta la retención ilegal de documentos secretos de su Gobierno, así como por el intento de alterar o desconocer los resultados electorales que favorecieron al actual presidente demócrata, Joe Biden, que tiene una tasa de aprobación que se mantiene a la baja y quien atraviesa por problemas de imagen, a raíz de las situaciones que involucran a su hijo Hunter y las insinuaciones sobre un estado de salud incapacitante que lo estaría afectando.

Aunque hay estados que vetaron a Trump como parte de las elecciones primarias, todo parece indicar que entre él y el dignatario Biden será la disputa por la nominación presidencial.

En relación con Rusia, las elecciones se articulan en el marco de un conflicto bélico con su vecina Ucrania que evidencia desgaste, indistintamente de las escaladas coyunturales de los ataques. Difícilmente la oposición política pueda salir a flote, por lo que es casi segura la reelección de Vladimir Putin, que lo mantendría en el poder hegemónico hasta 2030.

De su lado, el gobernante ucraniano, Volodímir Zelenski, argumenta que la situación del país no es propicia para realizar elecciones, contando con el respaldo que le ofrece la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), argumento que para muchos indica su intención de mantenerse en el poder.

En lo atinente a India, que concentra el mayor electorado mundial (unos 900 millones), cuenta con una posición geográfica y recursos estratégicos, y a su vez, enfrenta problemas internos que las autoridades políticas han tratado de neutralizar mediante la represión, citándose los aires separatistas de la comunidad sij, las tensiones bilaterales con Canadá, los remanentes del conflicto con Pakistán y la iniciativa de prohibir la exportación de arroz no basmati, para contener el aumento de los precios internos y garantizar su seguridad alimentaria.

En lo referente a Taiwán, el electorado privilegia a los partidos y candidatos independentistas, afines a Estados Unidos y contrarios a la adhesión a China.

En el caso de Corea del Sur, el proselitismo político electoral alcanza niveles de algidez inimaginables en una nación referente de desarrollo, disciplina y tradiciones. El ataque con un arma blanca del candidato líder de la oposición, Lee Jae Myung, es una muestra de lo complejo del escenario comicial, al que se agrega nuevos ataques de la vecina y acérrima enemiga Corea del Norte.

En cuanto a México, la contienda en las primarias para definir los candidatos presidenciales es liderada por el poder femenino, en una nación que siempre se ha proyectado machista y donde el crimen organizado mantiene un status quo, mostrándose más letal y avanzado, utilizando tecnología en sus operaciones.

En lo concerniente a Venezuela y El Salvador, irán a elecciones con una democracia cuestionada, donde los candidatos a la reelección, Nicolás Maduro y Nayib Bukele cuentan con las condiciones necesarias para mantenerse en el poder.

En lo que respecta a la República Dominicana, es un año electoral complejo, por los niveles de aprobación del mandatario Luis Abinader, que aspira a la reelección y las encuestas de credibilidad lo proyectan ganancioso en primera vuelta, mientras que la oposición política busca una victoria en el marco de la articulación de una alianza municipal y congresual, con la aspiración de que esta se extienda al plano presidencial si finalmente se produce un balotaje, que a la fecha se proyecta improbable.

La situación sanitaria puede incidir en la concurrencia a las urnas, tomando en cuenta el repunte de los casos de Covid-19, derivando en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó retomar el uso de las mascarillas y de las vacunas, ambos en declive en Occidente, mientras que el citado organismo consideró muy elevado el riesgo de expansión global del dengue, que cobró unas 5 mil vidas en 2023.

Esto aparte de otras enfermedades virales de fácil contagio, que cada vez se hacen más frecuentes en países sobrepoblados, de clima cálido o tropical, donde las costumbres de higiene y los sistemas de salud no son los mejores.

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