Como si fueran escolares que, convocados a la dirección del colegio, antes de reportarse a esa oficina, se portan peor de lo que lo han hecho hasta el momento de ser llamados, los partidos dieron señales más claras que nunca de que están en campaña, justamente en los días previos a la cita con la Junta Central Electoral donde firmarían un acuerdo para “bajarle algo” al proselitismo.

PLD acelera

El PLD, que hasta hace poco era el más rezagado de cara a las elecciones del 2024, pisó el acelerador en los últimos días. Tanto, que se coloca ahora como el más adelantado de todos. El virtual candidato presidencial, Abel Martínez, que ya había designado como jefe de campaña a Francisco Javier García, hizo otras designaciones en puestos claves en el equipo de campaña, incluido el encargado del equipo técnico. Juan Ariel Jiménez será la cabeza de ese grupo, al que le tocará elaborar el programa de gobierno del partido morado.

Lenguaje de campaña

Entre las cosas que la JCE quiere detener, hay una parte semántica, o sea que tiene que ver con la terminología que usan los partidos, que en gran medida es propia de una campaña. De hecho, el punto número 4 del acuerdo establece que se prohíbe “la promoción y reconocimiento por parte de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos a los y las aspirantes como precandidatos/as o candidatos/as para ninguno de los niveles de elección previstos en la ley”.

El incumplimiento de ese punto, que no es un invento porque está consignado en la ley, no solo se ha mantenido, sino que es cada vez más frecuente. Como prueba, dos botones. Un dirigente del PRM que se pasó a Fuerza del Pueblo, de inmediato anunció su candidatura a senador por la provincia Monte Plata.

Y ayer, el PRD adelantó, a través de Héctor Guzmán, que Miguel Vargas comunicará este fin de semana su decisión ante la propuesta que le han hecho de que asuma la candidatura presidencial de su partido.

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