Héctor Ml. Rodríguez: En este gobierno son mucho más de tres los “monos sabios”, que se tapan los ojos, los oídos y la boca. Los de la historia fueron encontrados, tallados en madera, en el siglo XVII en el santuario de Toshogu, al norte de Tokio. La traducción de sus nombres – Mizaru, Kikazaru e Iwazaru– es “no ver, no oír y no decir”. El origen de estos populares animales podría estar en un proverbio que dice: “No veas lo malvado, no escuches lo malvado, no digas con maldad”, que, al parecer, proviene de Confucio. Dicho aquí por el Gobierno: “No veo, no escucho, no digo …Y no me importa que me llamen malvado”.

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