La reunión había sido convocada a instancia de Diego Bordas y entre los asistentes se encontraba Bienvenido Fenelón Contreras Mejía, de 43 años, dirigente del Catorce de Junio. Manolo Tavárez había visitado personalmente esa tarde a Fenelón en su residencia del otro lado de la ciudad, en el ensanche Ozama, para encargarle la “delicada e importante” misión de representarle en esa cita. De mediana estatura, ancho de hombros y tupido bigote, Fenelón era un enlace del líder del Catorce de Junio con estamentos militares. Esto se debía a que estaba casado con una pariente del coronel Neit Nivar Seijas, un oficial partidario del ex presidente Balaguer.

El propósito de esta reunión era discutir una estrategia conjunta para enfrentar la eventualidad de un golpe de estado que todos los reunidos allí daban casi como un hecho. Al cabo de varias horas de discusión, acordaron que Bordas cruzara al Palacio y advirtiera a Bosch de la necesidad de hacerle frente a la conspiración. Bordas regresó una hora después con la información de que el Presidente descartaba la posibilidad de un golpe militar. Bosch le contó de un almuerzo reciente con oficiales y alistados de las Fuerzas Armadas. A pesar del desarrollo de los acontecimientos de ese día y sus claras desavenencias con el mando castrense, sus relaciones con los militares eran, según explicó a Bordas, “de las mejores”. El Presidente rechazó tajantemente una sugerencia del grupo de convocar al mando militar a una fiesta donde serían todos emborrachados y detenidos.

Fenelón Contreras fue de inmediato a informar a Manolo Tavárez. Dándose un par de palmadas en la frente, éste dijo:

-Bosch ha perdido su última oportunidad. Mañana será tarde para él. Dos días
después fue derrocado.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

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