Cada proceso electoral trae sus propias características. En el 2020 la candidatura de Luis Abinader se definió temprano en el PRM, pero no había señales de éxito para ganar la Presidencia, porque lograr esa corona estaba condicionada a lo que sucediera en el PLD.
En efecto, ocurrió que ese partido se dividió a solo ocho meses de las presidenciales de mayo, y eso colocó al hoy presidente en las escalinatas del Palacio.
La campaña electoral del 2024 será de las más largas de la historia reciente, pues en un juego de tres, hay dos candidaturas definidas y la tercera, la del PLD, se definirá en octubre de este año. No recuerdo un proceso electoral en que las candidaturas se definan tan a tiempo, esos procesos generalmente ocurren en el año preelectoral, aunque se sepa de antemano quien encabeza la boleta presidencial.
El PLD ha argumentado que adelanta la elección porque está en desventaja frente al PRM, que cuenta con Luis Abinader, y la Fuerza del Pueblo, que cuenta con Leonel Fernández. Otra ventaja que tienen Leonel y Luis frente al PLD es que son caballos de batalla, probados en los hechos. Fernández más que Abinader, pues ha sido tres veces presidente y gravita como protagonista en el escenario electoral desde hace más de 25 años.
Como el que no quiere la cosa, Abinader va para cuatro procesos electorales como protagonista, arrancó en el 2011 como compañero de boleta de Hipólito Mejía, batalló contra Miguel Vargas en el PRD, aportó la estructura partidaria que es hoy el PRM y ha sido el único candidato de ese partido, 2016 y 2020. Al menos que ocurra un evento no previsto, encabezará de nuevo la boleta del PRM.
Además de la necesidad de elegir a tiempo y mantener la unidad, el mayor reto del PLD es tener buena puntería para escoger la candidatura de una batalla electoral larga, y que enfrentará dos veteranos.
Las campañas largas tienen la ventaja o desventaja, dependiendo del cristal con que se mire, que resultan difíciles para los candidatos que tienen problemas en el manejo de los temas de la agenda nacional. En ese tipo de campaña no y funciona el efecto sorpresa, porque producto del marketing se puede subir como la espuma, pero hay tiempo suficiente para que se esfume.
