El PRM tiene varios escenarios para definir la candidatura presidencial y en todos, obviamente, dependerá del papel que juegue el presidente Luis Abinader, el líder de la organización.
Primer escenario. Si el gobernante asume una candidatura abiertamente. Las consecuencias de esa posibilidad quedan explicadas con lo que ocurrió en el PLD en 2019.
Una acción presidencial abierta para imponer una candidatura con el peso de la figura del presidente y del Estado, es casi seguro que conduce a una división en el partido de gobierno.
En consecuencia, el partido oficial perdería las elecciones porque la historia enseña que los partidos divididos no ganan elecciones. Ejemplos como los del PRD en 2012 y el PLD, en 2020, están al alcance de todos.
Segundo escenario
El presidente Abinader opta por impulsar un pupilo a partir de 2026 dando señales como el apoyo de sus más cercanos colaboradores a uno de los aspirantes, pero sin que él entre directamente, sería un apoyo indirecto. En ese caso, el problema estaría en el elegido o la elegida porque tendría que tener un camino recorrido para imponerse internamente sin dudas ni heridas que luego no se puedan cerrar.
Tercer escenario
Una tercera jugada que podría hacer el presidente Abinader es quedarse totalmente al margen del proceso, en forma y fondo y permitir que la candidatura se decida con la capacidad de que disponga cada aspirante. Ese es el escenario más incierto para el PRM porque hasta el momento no hay un candidato definido para la sucesión, como sí ocurrió en el PLD en 2011, cuando se sabía que después de Leonel seguía Danilo Medina y que solo el peso del Estado le podía arrebatar la candidatura presidencial sin Fernández en la competencia.
