La política exterior de un Estado se basa en un profundo conocimiento de la realidad internacional en la que se desenvuelve y sobre la que pretende influir. Solo así una Nación puede sacar provecho de las oportunidades y en lo posible, evitar los riesgos que se le presenten.

Pues no cabe duda de que la Humanidad forma una unidad y aunque si pudiera haber vivido Naciones separadas y aisladas en el pasado, hoy en día, ya no es posible y en el día de mañana lo será mucho menos aún. Los Estados no pueden vivir en aislamiento. Se ven obligados a mantenerse en constante comunicación para mejorar sus intereses comunes, y arreglar sus divergencias, ya sean de orden moral, jurídico o material.

Cada Estado tiene fuera de sus intereses particulares, otros intereses comunes, y lo que caracteriza al mundo moderno, lo que le distingue esencialmente del antiguo, es la tendencia de los Estados a acercarse unos a otros para formar una especie de cuerpo social, apoyado en la reciprocidad.

Hago esta larga reflexión para escribir sobre los lineamientos de política exterior del Gobierno, pues hace más de tres años el canciller Roberto Álvarez expresó lo que sería su programa de política exterior.

Y lo dijo también al inicio de su gestión, ante la Cámara de Comercio Dominico-Italiana citó: “el Caribe es el espacio geográfico natural para República Dominicana y en general el país ha vivido de espalda a él”.

Entre esos enfoques me permito hacer una brevedad de lo expresado por el señor canciller ese día, y que cito a continuación. Y que han sido cumplidos al pie de la letra. Modernizar el Ministerio de Relaciones Exteriores, establecer una política coherente para la comunidad en el exterior y fortalecer la agenda con el vecino país de Haití. Recompensar los lazos con la Comunidad del Caribe (Caricom), fortalecer la relación estratégica con Estados Unidos de América, profundizar e incrementar las relaciones con Latinoamérica, vigorizar los vínculos con Europa y Canadá, Dinamizar los lazos con India, Japón, Corea del Sur y otras naciones asiáticas, establecer una política coherente hacia la República Popular de China, promover las relaciones con África y Oceanía y nuestra presencia en los organismo internacionales.

Todas esas relaciones exteriores son importantes. Por supuesto. Pero hay relaciones especiales. Seguía diciendo el señor canciller. Estados Unidos representa una de ellas por muchas razones: cercanía geográfica y más de un millón de dominicanos. Y Haití también, vecino fronterizo y con excelente comercio a diario.

Y si a todo eso le agregamos los cuatros ejes, de lineamientos de la política exterior de hoy: la protección de los dominicanos en el exterior, la promoción de las exportaciones, y la inversión extranjera directa, la defensa de los valores democráticos y la profesionalización del servicio exterior.

Para concluir, el rumbo general de esta nueva política exterior de hoy dispuesta a enfrentar estos desafíos han sido en estos tres años fundamentales para la prosperidad futura del país.

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