La vacuna contra el coronavirus, es uno de los productos más demandados del mundo en estos momentos, se ha convertido en una nueva moneda de cambio para la diplomacia internacional.

Los países desarrollados que disponen de ella usan las vacunas para ganarse el favor de sus aliados o para descongelar sus relaciones y están acaparando los suministros mundiales. Y en vez de asegurar un país enviando soldados, se puede asegurar el país salvando vidas, salvando su economía, y ayudando en la vacunación.

La República Popular de China fue uno de los primeros países en hacer una apuesta diplomática por las vacunas, y prometió ayudar a los países pobres, el año pasado, incluso antes de que el país hubiera producido en masa una vacuna de eficacia probada.
La mayoría de vacunas del planeta se producen en la India y China, Alemania, Francia y EE. UU. estaban lejos de producir vacunas, ni siquiera para cubrir sus necesidades domésticas antes del covid-19.

La competencia entre países por hacerse con el compromiso de las primeras dosis, en la práctica ha supuesto una ventaja incomparable para las compañías farmacéuticas que han exigido confidencialidad en la negociación, para poder establecer precios diferenciados según el país de compra y obtener así mayor beneficio.

Para todos los Estados, la diplomacia de las vacunas es la clave para superar la pandemia del covid-19, nuestro país cortó sus relaciones con Taiwán. Ahora, los aviones chinos aterrizan aquí con millones de vacunas a bordo. La puesta en escena en el Aeropuerto Internacional José Francisco Peña Gómez, es una imagen de fotos con banderas chinas y dominicanas al descargar la carga, y discursos que hablan de relaciones y solidaridad, a eso se le llama la diplomacia de la vacuna.

Decidir un asunto de Estado como ha sido comprar vacunas y jeringas por la pandemia, el presidente Luis Abinader entendió que se perdería un tiempo precioso y muchas vidas mientras llegaban vacunas desde otros países.

Luego de esa decisión es cuando Estados Unidos está proponiendo la venta o donación de vacunas, cuando una parte de la población ya tiene la segunda dosis. Pero aun así Estados Unidos, hoy día se está uniendo a la iniciativa para la colaboración de un acceso equitativo mundial a las vacunas contra el covid-19 (COVAX), pero hasta ahora han tenido un papel secundario.

Por eso los mandatarios del Grupo de los Siete prometieron compartir vacunas y hacer que la economía global sea más equitativa. Se comprometieron a donar 1.000 millones de vacunas y contrarrestar la influencia de China en el mundo.

Para terminar por hoy, sin duda la vacuna es una nueva moneda de cambio. El virus no conoce fronteras, no se trata de caridad, se trata de que la pandemia solo podrá frenarse si la vacuna es global. Si se entiende que debemos avanzar juntos, entonces la vacuna cambiará el futuro de esta pandemia y el nuestro.

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