Dentro del escenario que nos domina en el mundo occidental (“te respeto mientras pienses como te ordeno”)… existen voces disidentes. Los llaman negacionistas y menos mal que existen.

Entre esas voces se distinguen las de los políticos Viktor Orban (primer ministro de Hungría), Giorgia Meloni (primera ministra de Italia), Donald Trump (expresidente de los Estados Unidos), Ronald De Santis (gobernador de la Florida), Santiago Abascal (presidente de Vox en España), Isabel Diaz Ayuso (presidente de la Comunidad de Madrid).

A estos se les añaden muchas personas que expresan abiertamente su opinión en las redes (y hasta las censuran), y otras que hablan por lo bajito en sus hogares…para que no los insulten o los tilden de “conspiranoicos” o “insensibles”.

Todos… con mayor o menor valentía… se atreven a tener sentido común y expresarse sin complejo en contra de la cháchara mediática que se nos ha querido imponer… como si se tratara de algo hegemónico… sin admisión de cuestionamiento.

Son los que defienden la familia tradicional, como eje fundamental de una sociedad sana. Son los que se oponen a que a los niños se les promueva la homosexualidad, el cambio de sexo y el travestimo en las escuelas. Son los que se burlan de las exageraciones de los climatólogos, que se la pasan alarmando sobre un fin del mundo que nunca llega. Son los que se ríen de las feminazis feas, que no se depilan, cuando se quejan de que “los hombres las acosan”. Son los que se resisten a perder el tiempo hablando con el lenguaje inclusivo. Son los que se oponen a la invasión descontrolada de inmigrantes…sin miedo a que los chantajeen llamándolos racistas. Son los que no creyeron en los encierros ni en la obligatoriedad de la vacuna experimental anti covid.

Poco a poco están seduciendo a gente. Sobretodo a cuatro tipos de personas:

• Las que ya se dan cuenta de lo absurdo que es el discurso políticamente correcto… que no puede ofender… que debe perder el tiempo eligiendo pronombres en nombre de la diversidad…que ensalza el victimismo… y que le busca todo tipo de circunstancias atenuantes a la perversión.
• Las que no quieren que les adoctrinen a sus hijos en las escuelas en contra de sus valores morales.
• Las que necesitan salir a buscar su sustento todas las mañanas. Y no pueden pagar más impuestos para financiar la causa de los “salvadores del planeta o de las tortugas y focas de sabe Dios dónde”, ni de los “activistas pro aborto y pro inmigración descontrolada”.
• Las inteligentes.
El tiempo y la victoria en las urnas dirán si esta seducción se convierta en una luz de esperanza hacia un Occidente más decente y sensato. Ojalá sea así.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas