Como parte de un grupo social, las personas tienen derechos y obligaciones. En todo escenario, en cada situación, es importante conocer aquellas cosas con las que debe cumplirse y aquellas a las que se tiene derecho.

Algunas de esas obligaciones y derechos nacen con los seres humanos y le acompañan hasta el final de sus días. Otras, serán determinadas por las circunstancias o por ciertos acuerdos.

En términos sociales se hace necesario respetar las reglas y obedecer las leyes para evitar conflictos con la ley.

De igual forma, las personas que conocen sus derechos, los exigen y se quejan cuando se sienten desatendidas.

Toda persona es libre de expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos.

A las personas les asiste el derecho de profesar su fe, cualquiera que sea.

No se les puede privar de transitar de manera libérrima, siempre y cuando no haya incurrido en una falta por la cual deba privársele de su libertad. La lista de derechos extensa y es indispensable conocerla para hacerlos valer.

Lo mismo aplica para las obligaciones. Es así cuando se habla a nivel general.

Es decir, cuando de deberes y derechos del ciudadano se trata. En términos particulares, las personas asumen ciertos compromisos que le generan obligaciones. Entre estas se encuentran los pagos por alquiler de vivienda, pagaré del vehículo, mensualidad de un préstamo hipotecario, pagos de matrícula escolar o membresías, compra de alimentos e insumos del hogar.

En un círculo más íntimo, las personas asumen compromisos que también generan derechos y obligaciones.

En el caso que conlleva un acuerdo, aún no exista un documento de por medio, las partes asumen una serie de normas que ambos esperan cumplir.

Cuando este acuerdo queda estipulado entre dos personas que unen sus voluntades, ambos asumen un compromiso de lealtad, colaboración, solidaridad y respeto. Es así como cada una de las partes entiende y da por hecho que el grado de responsabilidad es igual para uno y el otro.

Así como uno tiene que respetar y cumplir, el otro también goza del derecho de exigir el mismo respeto y compromiso. De esta manera, si una de las partes falta a ese acuerdo no suscrito, la otra está en pleno derecho de rescindir el acuerdo, en el momento que lo entienda conveniente y sin notificación, ni preaviso.

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