Las personas nos acostumbramos a actuar cuando casi se nos están por vencer los plazos. Dejamos todo para después, para mañana. Es una mala práctica que vamos aprendiendo desde niños y que perfeccionamos con el paso del tiempo.

Nuestra primera obligación son las tareas escolares, las cuales en los primeros años, es decir, la escuela primaria, con frecuencia es una asignación corta y sencilla que debemos completar en las tardes, para ser entregada al día siguiente.

Sin embargo, al llegar a casa después de la escuela, dejamos las mochilas tiradas en cualquier lugar y nos dedicamos a jugar y olvidamos nuestra asignación escolar. Hasta que llega la hora de dormir. Los menos, trataran de hacer la tarea a toda prisa, mientras toman su desayuno, sin saber, ni pensar en lo que están escribiendo en el papel.

Como una forma de irnos preparando para el inmenso trabajo universitario, los profesores asignan trabajos un poco más extensos, con grado mayor de profundidad, con los cuales nos estimularán a investigar y analizar. Pero aflorará con mayor intensidad, nuestra cultura aprendida de dejarlo todo para después. No será hasta la noche antes de entregar el proyecto, cuando nos sentaremos a trabajar. El resultado será un trabajo mediocre.

Mismo proceder cuando en la universidad, que termina estará entregando una licencia a un profesional de mala calidad.
Pero lo peor de todo es el ser humano que gradúa la vida. Ese que va a vivir siempre improvisando, que va a perder las mejores oportunidades por dejarlo todo para después. Ese que verá venir grandes dificultades y no hará nada para evitarlas, hasta acudir a salidas desesperadas. Será alguien que buscará una solución cuando las cosas ya están fuera de control. Para esta persona, la dinámica siempre será lamentar lo ocurrido por no prevenir oportunamente.

Ante el anuncio de una tormenta no se abastecerá de lo necesario, para resguardarse en el hogar. Esa persona saldrá a buscar lo necesario cuando tenga la tormenta encima.

Acudir al médico para saber cómo marcha su de salud será una pérdida de tiempo, algo innecesario. Su pensamiento será: “si no estoy enfermo para qué ir al doctor”.

Son muchas las personas que entienden que es mejor tarde que nunca. Pero sería mejor si cada uno pensara que es preferible mejor temprano que tarde.

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