Todos recordamos lo que sucedió con Lehman Brothers y el efecto que generó sobre la banca mundial su declaratoria de quiebra.
Aumentó la tasa de desempleo, los precios de la bolsa y de los principales commodities se desplomaron y creó una tremenda recesión en el mundo donde pagamos todos las hipotecas basura que grandes bancos estuvieron transando por muchos años, debido a la desregulación financiera.
El caso del SVB y su declaratoria de insolvencia es diferente a la de Lehman Brothers, porque estos financiaron viviendas que no cumplían con las garantías debidas y para mucho peor, financiaban para la compra de vehículos y gastos corrientes que llevaron a la imposibilidad de los bancos de cobrar las deudas.
El resultado de las quiebras del 2008 fue un aumento en las regulaciones y la seguridad para el sistema financiero y que esto no ocurriría de nuevo. Sin embargo, estamos frente a la quiebra de dos grandes bancos el Signature Bank y el Silicon Valley Bank (SVB).
¿Me preguntarán si los bancos, al igual que las empresas, corren el riesgo de quebrar? Contestaría que sí, que están sujetos a las malas decisiones de sus ejecutivos y lo hemos visto en la desaparición de muchos en nuestro país sin crear riesgo sistémico, excepto el de Baninter, que prácticamente nos llevó a la quiebra a todos. Recuerdo que yo decía que la empresa que en esos momentos no estaba quebrada era porque no había hablado con su contable.
Nadie en su sano juicio pensaría que los bonos se convertirían en la nueva versión de las hipotecas basura.
Sólo el SVB tenía 173 billones de dólares en depósitos y préstamos por sólo 74 billones. Cualquiera que analice ese estado invertiría sin temor, el banco tenía más de dos dólares para pagar cada dólar de préstamo.
Incluso se podría llegar a pensar que este banco debía tener baja rentabilidad por tener depósitos que duplicaban los préstamos ejecutados.
Wells Fargo, que ha navegado en mares tormentosos, cuando su ejecutivo principal abría cuentas irreales o a cualquiera que se presentara en las ventanillas del banco para aumentar su bonificación, presta en estos momentos más del 70% de sus depósitos y sin ningún tipo de riesgo.
Para los norteamericanos y ciudadanos del mundo entero, lo más seguro era invertir en bonos. La rentabilidad no es maravillosa, pero se entendía que brindaban una gran seguridad al inversionista.
La mayoría de los depósitos del SVB estaba colocada en bonos y los bonos de los Estados Unidos son considerados como muy seguros, lo cual no está escrito en piedra, porque en la medida que las tasas de interés suben, estos pierden valor y es precisamente lo que sucedió con el SVB.
La insolvencia del SVB llega hasta la Reserva Federal de los Estados Unidos y todo el que haya comprado bonos tiene una pérdida importante registrada en el valor de estos. SVB no escondió esa situación, la reflejó en sus estados financieros, pérdidas no realizadas superiores a 15 billones de dólares.
Las pérdidas se estiman en 650 billones, que lleva una gran preocupación al sistema bancario mundial.
Existe un seguro que cubre estos bonos por su nombre en inglés (FDIC), Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), agencia independiente de los Estados Unidos, que protege a los depositantes si los bancos quiebran hasta el monto de 250,000USD.
El problema es que el monto que tiene el FDIC para cubrir las pérdidas no alcanza la tercera parte de lo que tiene descubierto el SVB y para complicar más el panorama, estos fondos también estaban depositados en bonos, y corren la misma suerte que el resto del mercado.
Ahora no perdamos de vista que los norteamericanos tendrán elecciones el próximo año y un gobierno debilitado económicamente y en su política internacional no puede permitirse una crisis bancaria. La Secretaria del Tesoro ya anunció que todos los depositantes del Silicon Valley Bank recibirán el 100% de sus depósitos para evitar así una corrida en otros bancos que pueden perfectamente estar en la misma situación.
La pregunta más importante es ¿Se hará esto con todos los tenedores de bonos? Todo el que haya comprado bonos está sentado en enormes pérdidas. Ya veremos qué harán.
A todo esto, se suma la quiebra del Credit Suisse, que perdió en su cotización en bolsa más de un 24%, pero rápidamente el gobierno suizo salió en su defensa. Sorpresivamente el UBS compró el banco en 3,000 millones de euros y el gobierno suizo pone una garantía de 9,000 millones de euros para facilitar esta operación.
¿Qué terminará haciendo la Reserva Federal de Estados Unidos? Frenará los aumentos en las tasas de interés, entendiendo que es preferible vivir con algo de inflación que con las consecuencias de una crisis bancaria mundial. Veremos si aseguran al 100% a todos los tenedores de bonos, lo cual tendrá un impacto enorme en la ya abultada deuda norteamericana que parece no tener fin, porque con una simple aprobación congresional se aumenta el techo de la misa.
Todo esto tendrá un impacto en el crecimiento mundial y veremos cuál puede tener en nuestra economía. Lo cierto es que nuestro Banco Central tiene reservas récords que pueden proteger la economía frente a un nuevo choque que nadie desea.
Hay que dar seguimiento a los acontecimientos, el índice del Dow Jones ayer creció 1.20% y por otro lado, las acciones del UBS se revalorizan en 3.30%, fruto de la compra del Credit Suisse, a pesar de que la agencia de calificación Moody’s rebajó a negativa la perspectiva del rating del UBS. Ya veremos, cómo se desarrolla esta nueva crisis que esperamos termine en mayores controles que aseguren a todos que las ingenierías financieras no terminen con los ahorros de los depositantes.