La presidenta de ASONAHORES, Paola Rainieri de Día, ha pronunciado en las últimas semanas dos discursos que destilan optimismo en un momento en que el sector turismo enfrenta dificultades, por la incertidumbre que se proyectan sobre la economía mundial y el impacto de la difusión de información negativa incierta sobre el país en nuestros principales mercados (Estados Unidos y Canadá) que el año pasado aportaron en conjunto el 57.7% de los visitantes extranjeros.
El optimismo de la principal vocera de la industria turística debemos escucharlo. Su primera intervención fue en septiembre pasado, la segunda, la semana pasada en el almuerzo de la Cámara Americana de Comercio.
La señora Rainieri, comenzó advirtiendo que su optimismo no es “idealista”, y se apoya en la exitosa trayectoria de la industria turística local en los últimos 30 años, y en la capacidad para recuperarse de los malos momentos, mostrada por el turismo a escala mundial y en República Dominicana.
Cito su comentario: “La industria turística a escala mundial, ha mostrado una gran resiliencia. Esa capacidad de adaptarse a los cambios y superar los obstáculos, también ha caracterizado el desarrollo turístico dominicano. Por ejemplo, en nuestro caso, superamos el impacto negativo de la Primera Guerra del Golfo y la Operación Tormenta del Desierto en 1990; el ataque a las torres gemelas de Nueva York en el 2001; la crisis con el mercado inglés del 2005 y los efectos de la caída de la economía en nuestros principales mercados emisores en el período 2008-2009. Creo firmemente, que las dificultades de estos días son pasajeras y nos dejará más fortalecidos”.
Explico. En 1991 el turismo registro una baja del 9.7% en las llegadas, pero en el 1992 reportó un crecimiento del 23.6%. En el 2001 decrecimos un 2.8% a partir de septiembre, en el 2002 un bajamos 3.6% y en los dos años perdimos 154 mil turistas, pero en el 2003 nos recuperamos con un extraordinario crecimiento del 19.5% con 449 mil turistas adicionales. Algo parecido se produjo con la última crisis de la economía mundial, porque en el 2007 y 2008 el incremento fue pírrico por debajo del 2%, en el 2009 se reportó una caída del 0.9%, pero en el 2010 nos recuperamos con un incremento del 3.1%.
Es posible que en las circunstancias actuales no la superamos tan rápidamente. Se una campaña de descrédito a los problemas de la economía global. Las llegadas de Europa crecieron apenas un 0.3% en el 2017, en el 2018 decreció un 3.9% y en los primeros 9 meses del año en curso registró un negativo 4.7%. Las economías de Italia, Francia, España, Alemania, Inglaterra y Rusia no van por buen camino y eso nos afecta.
La rápida recuperación de situaciones críticas en años recientes, analiza la presidenta, “fue posible y lo será nuevamente, porque tenemos una buena plataforma y porque hicimos correctamente la tarea”; aunque advierte que su optimismo no pretende “negar, que tenemos una agenda con importantes asuntos pendientes, porque en turismo la tarea nunca termina y para competir, la renovación debe ser constante y continua”
Pero lo importante de sus reflexiones, que comparto, es que el historial de éxitos de nuestro turismo “no es una casualidad y no tengo dudas en afirmar que constituye una sólida plataforma para seguir adelante”, a pesar de los obstáculos presentes. También comparto su advertencia: “Es un momento para acelerar el paso en la agenda turística y evitar que la agenda política en marcha nos paralice”.
