¡Hola, distinguidos lectores de elCaribe! Sé que a muchos hispanohablantes nos asalta la duda a la hora de utilizar términos que no se escriben igual, pero tienen igual sonido y distinto significado. Es el caso de “rallar” y “rayar”, como otros casos que derivan de las palabras homófonas: echa (arrojar, lanzar) y hecha (algo consumado o realizado); hola (saludo) y ola (onda que se forma en la superficie de las aguas); votar (ejercer el voto o sufragio) y botar (arrojar, lanzar), entre otros ejemplos.

En el caso que nos compete en esta entrega de Periodismo y Gramática, la RAE nos explica lo siguiente: “‘Rallar’ se ha formado sobre ‘rallo’ (del latín rallum, y este de radĕre ‘raer’), voz que designa un instrumento de cocina más conocido como ‘rallador’. Por eso, ‘rallar’ significa hoy ‘desmenuzar con el rallador’, como hacemos con el queso o el pan, y ‘ralladura’ es lo que resulta de dicha acción (como la del limón que se añade a los bizcochos). Aunque rallar tuvo antaño cierto uso figurado como ‘molestar o fastidiar’, esa acepción no ha pervivido en la lengua actual”.

Por otro lado −prosigue la Academia al profundizar sobre la duda que traemos hoy− el verbo latino radiāre (‘despedir rayos’) dio lugar a nuestro polisémico “rayar”, usado, entre otros, con los sentidos de ‘hacer rayas (en algo)’ o ‘estropear(se) una superficie lisa o pulida con rayas o incisiones’, como en “Algún gracioso me ha rayado el automóvil”.

Otro dato interesante que nos aporta la RAE, es que de la acepción “rayar”, deriva el popular uso del participio “rayado”, en referencia a los discos de vinilo cuando se estropeaban a causa de rayaduras en su superficie: “La aguja del tocadiscos se quedaba atascada en ese punto del surco y lo ahí grabado se repetía una y otra vez”, nos comparten este ejemplo que aclara aun más la duda sobre el término en referencia.

Lo que nos perturba u obsesiona será, por tanto, una rayada o una rayadura, como el caso siguiente: “Insistes tanto con ese tema que rayas en la necedad”.

Cerramos esta entrega con un consejo a nuestros asiduos lectores sobre una situación incómoda que suele darse en el tránsito: si alguien te raya el vehículo, respira hondo y conserva la calma, no vale la pena dejar que las emociones negativas nos ganen ante cosas que tienen solución.

Gracias a una muy querida colega, amiga y jefa por sugerirme el tema de hoy, porque hay momentos en los que no sabemos sobre qué escribir.

¡Gracias por leerme!

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