Algunos sectores cuestionaron la modificación que se realizó a la Constitución dominicana en el año 2010, llegando inclusive a argumentar que fue un traje hecho a la medida del entonces presidente de la República Dr. Leonel Fernández Reyna, partiendo de la premisa que esta reforma le permitiría controlar la elección de los miembros de las altas cortes, al tener mayoría en el Consejo Nacional de la Magistratura.

Sin embargo, hay que destacar que la referida reforma fue el resultado de un amplio proceso de discusión y concertación con los diferentes actores políticos, empresariales y la sociedad civil.
El resultado de este proceso que duró varios años, con sus luces y sombras, fue haber logrado la estructuración de una de las constituciones más novedosas, vanguardista, y principiológicas que hemos tendido en el país, como bien afirma nuestro distinguido profesor Eduardo Jorge Prats.

En ese orden, hay que destacar que los asambleístas del 2010 tomaron como fundamento la Constitución de 1963, la más revolucionaria para esa época. En este contexto, partiendo de lo expresado precedentemente nos preguntamos: ¿es necesaria y oportuna una reforma a la Ley Sustantiva en estos momentos?
Haciendo referencia a los artículos que hemos escrito en este prestigioso diario, la respuesta es que, “no es oportuna ni necesaria en estos momentos una reforma a la Constitución”.
En ese tenor, al observar la insistencia de los defensores de la reforma y las justificaciones que plantean para acometerla, nos llena de suspicacia y esto nos remite a la segunda pregunta, ¿cuál es el trasfondo que se persigue con esta reforma?

Es evidente que para responder esta última pregunta cualquier persona podría dejar volar su imaginación y realizar toda clase de suposiciones y conjeturas, partiendo de que “el pensamiento es libre”. En ese tenor, en este artículo, no haremos referencia a los rumores y las insinuaciones, que vienen desde diferentes litorales, sino que, haremos mención del hecho de que dos de los principales partidos de oposición, ya han planteado de manera pública y categórica que no apoyarían una reforma a la Ley Suprema.

En resumen, aún hay pendientes importantes leyes por aprobar, por tales razones, exhortamos a los legisladores como representantes del pueblo, que es el “soberano”; realizar los esfuerzos necesarios para completar todo el andamiaje normativo que la Constitución ordena a través de la reserva de ley absoluta, antes de embarcarnos en un nuevo proceso de reforma a la Ley Sustantiva.

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