La soberanía divina es es tan inmensa como sabia, por ello nos cuesta tanto entender la adversidad y comprender el propósito de ciertas crisis. Mientras el mundo se vuelve más confuso, tendemos a centrarnos, ignorando esas fuerzas oscuras que convergen en nuestras realidades, capaces de cambiar todo de un tirón y redefinir nuestras vidas. Viendo no vemos, oyendo no escuchamos. Hay que diferenciar entre creer y creerle, existir y vivir, elegir posibilidades o decidir por opciones, conocer a Dios y ser conocidos por Él, saber y creer que sabemos! Independientemente de quien sea el maestro, hay lecciones que se aprenden en crisis y amigos que solo la adversidad definirá. Si conociste a Dios por necesidad, le agradeces, si por amor lo admiras, y si por dolor lo adoras.

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