Si hubiera sido por los mensajes de las diferentes miradas de los hombres, habría creído que era como ellos nos pensaban; si hubiese creído a la mirada digna y noble de algunos, hubiera creído que sólo algunas éramos especiales y afortunadas, que sólo algunas tenemos derecho a oportunidades valiosas. Vez tras vez, millones de miradas nos rayan el alma. Sin embargo, un día me di cuenta que Dios me miraba y su mirada me despertó de la ancestral mentira donde duermen las que sólo duermen ; y en su mirada vi lo que soy y lo que debo llegar a ser, allí estuvo siempre, lo vi mirarme como un niño mira a una rosa… Entonces supe que haya o no haya primavera las rosas no temen florecer.

Posted in Rosas para el alma

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