Si no pasamos por las aguas, ¿cómo veremos la mano de Dios sacarnos del remolino? Si no atravesamos el fuego, entonces, ¿cómo experimentaremos el rescate sobrenatural del Señor? ¿Cuántas veces esas historias que otrora fueron escenas de dolor, incertidumbre y desesperación se convierten en testimonios-flecha que soltamos con facilidad para contra atacar al enemigo? A estas alturas sus ataques no nos intimidan ni sus artimañas nos engañan. En su bestseller “Confieso que he vivido”, Neruda confesó sus profundidades, pero tú y yo podemos decir, confieso que he visto Su Gloria, he experimentado Su poder, Su presencia, Su paz. Lo vivido nadie nos lo quita y esa es una gran ventaja sobre el enemigo. ¡Creer es vivir!

Posted in Rosas para el alma

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas