Que tus rasgos sean pura excelencia, tu identidad, una huella brillante del pincel divino. Que tus sueños sean tus alas, tus pies sean tus remos, tus ojos toquen las estrellas y tu risa desate la lluvia del cielo. Que tu fe no se canse; ni cabalgue en los lomos de un pensamiento rebelde o devaluado. Que nunca tu corazón regale el dolor que mueve tus luchas, y tus argumentos jamás atraquen en los muelles del silencio. Que no se rindan quienes escriben la historia antes que el calendario gire, porque la luna vela hasta abrazar su día.

Que no se cierre el libro de la vida sin que vibre en tu alma el mandamiento, y la copa sea bebida.

¡Que llegues muy alto y que Dios te bendiga!

Posted in Rosas para el alma

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