Podrás redefinir metas, conceptos, pero nunca tu propósito, pues quien hizo el libro de tu vida lo asignó como una pieza clave de su “master plan”, y no porque encaje en los conceptos de alguien significa que perteneces allí, es Dios quien dispone de nosotros para ello en tiempo, espacio y profundidad. Todo tiene un por qué, un para qué y un para que no. Es hora de entender que no estás en el lugar que prefieres, sino donde eres necesario, por eso todo tiene su hora y no debes insistir en insertar actitudes, conceptos y personas donde no caben. El apóstol Pablo dijo “¿quién entendió la mente del Señor… Y quién lo instruirá? Cuidado con redefinir lo que Dios ha definido, revisa tu identidad y purifica tus sentidos.

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