Nada es porque sí, tampoco casual, sean rutinas o eventos hilvanados en segmentos o encadenados en momentos, tu acontecer como tu proceder son visibles para aquel que dijo, “te tengo esculpida en las palmas de mis manos”. Por tanto entender que la rivalidad y la competencia son parte de las realidades que vivirás, es sabio, pues son permitidas con un propósito. Quizás hoy conoces quien eres, incluso quien podrías ser, pero es cuando la sagacidad de Dios atraviesa tu adversidad que tus rivales tienen que aceptar que su gracia transforma tu necesidad en creatividad y tu talento en genialidad. ¿Frotar la lámpara? Noooo, basta creer en quien es la luz. Míralo así, la oposición es la sombra que proyecta la dimensión en la que tus oponentes se están sintiendo intimidados.

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