A Trump lo mueven los intereses, y para lograr su objetivo desvía la atención de las audiencias hacia las encerronas a los mandatarios extranjeros en el Despacho Oval. Ahora le tocó el turno al presidente sudafricano Ramaphosa que fue reprendido por tener una “limpieza étnica” contra los granjeros blancos, basándose en fotografías y videos de asesinatos ocurridos en el Congo no en Sudáfrica. Trump montó un teatro con información falsa, con el fin ulterior de lograr un gran escándalo para que Sudáfrica acepte la empresa Starlink sin cumplir con los requisitos de ley, pero la verificación de los periódicos le desmontó la jugada que incluyó recibir a sudafricanos blancos como refugiados.