El país huele mal. Nos estamos entreteniendo con demandas, denuncias y lucha de “view” mientras el país no huele bien en momentos en que los políticos hacen y deshacen y no se asume responsabilidad de nada. En Santiago Rodríguez, en el mismo centro del pueblo hay instalados negocios de aserraderos que se nutren de proyectos forestales que queman las raíces de los árboles para acelerar el corte y ninguna autoridad ha puesto atención a eso porque los dueños de los aserraderos son intocables. Pero, además, la política ha paralizado el desarrollo del país. Las necesarias reformas fiscal, educativa, de salud y energética están engavetadas, sin señal de que resolveremos algo en este país.

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