Joaquín Balaguer sostenía que el poder en un solo partido hacía daño a la democracia. En varias ocasiones obtuvo triunfos en las elecciones, que eran arrolladores, pero siempre eran cuestionados por la oposición, porque entendía que siempre las ganaba con trampas. Ya en el poder, les entregaba posiciones a los partidos contrarios como una manera de no tener un poder concentrado.
Uno de los partidos que más cuestionaba ese poder era precisamente el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el cual tiene hoy una concentración de todos los poderes y una influencia decisiva en la mayoría de los medios de comunicación. Quienes tanto criticaron a Balaguer hoy hacen las mismas travesuras y entienden que el poder hay que usarlo caiga quien caiga, no importa que sea mediante el avasallamiento, no importa que se utilicen los recursos pertenecientes al pueblo.
Muchos de los dirigentes del PLD criticaban arduamente a Balaguer porque se reelegía. Cuando le hablaban de reelección era como mencionarle el mismo Satanás, pero hoy día se olvidan de sus posiciones, no importa que los ideales de su partido se contrapongan con los ideales democráticos del fundador de su partido, profesor Juan Bosch.
Muchos de los funcionarios actuales tienen hasta dieciséis años en sus puestos, son verdaderos faraones. Estos funcionarios se intercambian los puestos con sus familiares, muchos de ellos ganan un sueldo que ni siquiera el presidente de los Estados Unidos lo tiene y el presidente no le importa esta situación, porque tiene compromisos con ellos.
La concentración del poder trae como consecuencia un quebrantamiento de la democracia, porque esta última se convierte en dedocracia. El dedo del presidente de la República es el que prevalece.
Da pena y vergüenza observar cómo son seleccionados algunos puestos, Junta Central Electoral y Cámara de Cuentas. Profesionales con una alta preparación se presentan a evaluarse con la finalidad de poner al servicio de esas instituciones sus capacidades académicas, pero son seleccionadas personas con afiliaciones políticas, muy especialmente del partido que está en el poder.
El procurador general de la Republica es nombrado por el Presidente, ¿podrá este tomar alguna acción en contra de los intereses del partido en el poder? Jamás.
Los jueces de la JCE son personas con afiliaciones políticas y son nombrados por recomendación de algún miembro del partido en el poder, ¿podrán tener independencia? Jamás.
El Congreso Nacional casi completo en poder del PLD, el presidente del Senado, miembro del partido en el poder, la presidenta de la Cámara de Diputados, en manos de una dirigente del partido en el poder, además hermana del presidente de la República, ¿y entonces?
Por otra parte, el gobernador del Banco Central se enorgullece en hablar del crecimiento de la economía. Que nuestro país posee unas de las mejores economías del mundo, pero ¿dónde se refleja este crecimiento? En los altos sueldos precisamente de las autoridades monetarias, situación que llora ante la presencia de Dios.
La situación económica de la población es verdaderamente desastrosa, ya en nuestro país no existen pobres. Existen personas en la más espantosa miseria, que muchas veces se acuestan sin siquiera desayunarse. Entonces, ¿en dónde está el mencionado crecimiento?
Me gustaría que el gobernador del Banco Central y las autoridades monetarias se dieran una vueltecita por los barrios populares. Se darían cuenta que el llamado crecimiento económico que tanto mencionan solamente se encuentra plasmado en papeles.
Nuestro presidente hace las llamadas visitas sorpresa, pero las mismas solamente se han concentrado en los campos. Si él empezara a visitar nuestros barrios, se daría cuenta que la llamada bonanza económica, o mejor dicho, el llamado crecimiento económico, solamente existe en los papeles del Banco Central.
Recuerdo que cuando di en la universidad la materia desarrollo económico, mi profesor de Economía hoy fallecido, me explicaba que existía una diferencia entre desarrollo económico y crecimiento económico. Existía el primero cuando los ingresos percibidos por el Estado se distribuían equitativamente en los sectores económicos de la economía y el segundo se da cuando existe una mayor concentración hacia un solo sector de la economía, descuidando los otros sectores. El crecimiento económico no refleja la realidad de una economía determinada, sí el desarrollo económico.
¿Dónde está el porvenir de los jóvenes de este país? Muchos jóvenes salen de nuestras universidades, con carreras realizadas a los veinte años, pero con sus títulos universitarios no encuentran qué hacer. No pueden aspirar a una posición en la administración pública, porque los “compañeros del partido” las tienen copadas.
He vivido en carne propia cómo muchos médicos, abogados, ingenieros y profesionales de otras áreas están conchando, vendiendo empanadas en una esquina, porque no encuentran oportunidades de trabajo. Eso da pena.
No vale que los profesionales se empeñen en hacer postgrados, doctorados o maestrías. No vale absolutamente nada, lo que vale en este país es que usted sea amigo de equis funcionario o de un político, siempre y cuando esté en el poder.
Quizás no veré el sueño hecho realidad de que mi pueblo no esté pasando por tantas penurias y que los ideales de los padres de la patria se hagan realidad. No veo ninguna perspectiva. El futuro de mi querido nieto Marcos Gael y del pueblo dominicano es incierto. No existe en República Dominicana un dirigente político que sea capaz de resolver los grandes males que nos afectan.
Los políticos actuales solamente piensan en sus propios intereses, en su propio proyecto; reelección, reelección, reelección y más reelección, olvidándose de los intereses de la mayoría. ¿Existe o no ha nacido en la República Dominicana aquel dominicano o dominicana que sea capaz de pensar en el bienestar de todos los dominicanos y dominicanas?
Con el correr del tiempo he sufrido desilusiones. Pero debo decir con orgullo que los ideales del profesor Juan Bosch permanecen en mi mente. He trabajado durante más de 50 años, y mis bienes nadie podrá cuestionarlos, porque los he alcanzado con el sudor de mi frente. Gracias a mis padres, que nos enseñaron a trabajar. Fuimos ocho hermanos levantados con el sueldo que devengaba en la Guardia. Todos somos profesionales, gracias a él y a mi adorada madre, que hoy, con casi noventa años, sigue activa.
