Rendimiento que logran los cotizantes de RD, vía el dinero acumulado para su retiro, es de los más elevados de ALC

En la actualidad, del saldo que tienen los ahorristas de su cuenta de capitalización individual (en su fondo de pensión), aproximadamente la mitad corresponde a lo que el trabajador y su empresa colocaron o aportaron en el sistema. La otra mitad es rentabilidad obtenida de la inversión de esos recursos.

Cuando el trabajador se retire, un 75 % de lo que recibirá será el producto de la rentabilidad de su dinero puesto a caminar (invertido). Ese ahorro general de largo plazo tiene también gran impacto en el desarrollo económico del país. Ha aportado aproximadamente el 22 % del total del crecimiento de los últimos 20 años en República Dominicana, de acuerdo con cálculos del economista y especialista en temas de seguridad social Diego Valero.

Concretamente, lo que dice Valero sobre la rentabilidad de los fondos de pensiones significa que ésta (rentabilidad) sí tiene influencia en la pensión final que se obtiene. La hace robustecer. De acuerdo con datos de la Asociación de Supervisores de Pensiones, que es ajena a la industria (no tiene que ver con las AFP, es independiente de ellas), las rentabilidades reales más altas en América Latina y el Caribe en los últimos diez años están en República Dominicana, con un 7.5 % (la real) y 11 % la nominal.

Tanto Valero, como otros conocedores del tema, piden cautela con aquellas personas que sugieren –generalmente sin datos que sustenten eso- volver a modelos que en el pasado no dieron resultados ni funcionaron, como el de reparto, cuya gestión puede ser mucho más costosa. Ejemplos hay bastante, como es el caso de España, donde la gestión del sistema de reparto cuesta aproximadamente 4 % al año.
“En los sistemas de ahorro, de capitalización, por lo general son menores; la banda en la que los sistemas se mueven en américa latina está aproximadamente entre el 0.8 % y el 1.2 % en costo de administración”, calcula Valero.

Actualmente, a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) se les paga el 1.1 % del saldo administrado y a cambio de ese 1.1 % dan una rentabilidad del 10 %. “Si a cambio de uno me dan una rentabilidad de 10 %, a mí me parece que eso es bueno, pero puede haber gente que piense que no es así. Y yo eso no lo discuto… las cuestiones que son de apreciación emocional son de cada uno de nosotros, pero lo que es indudable es lo que de verdad acepta la pensión”, dice Valero.

Con el aporte actual, de 8.4 %, si un afiliado entra con 20 años al sistema de pensiones y se retira en el año 2050, obtendrá una tasa de reemplazo aproximadamente del 58 %. En cambio, en el sistema de reparto, con el mismo aporte de 8.4 %, si el sistema está equilibrado, su tasa de reparto seria apenas 25%.

Es decir, que con un aporte de 8.4 %, la pensión en el sistema de reparto sería de 25 %. La tasa de reemplazo, también conocida como tasa de sustitución, es un indicador utilizado para medir un sistema de pensiones. Expresa el porcentaje de ingresos que representa la prestación por jubilación, respecto a los ingresos percibidos como trabajador activo.

En la dicotomía entre los sistemas de repartos y los de capitalización hay una posición que parece ser ideológica, en los cuales los sistemas de capitalización se consideran que son una expresión máxima de liberalismo económico, y los sistemas de reparto son más de una posición del progresismo económico. Pero eso de los sistemas en realidad no es así. Por lo menos para Diego Valero.

De nacionalidad española, es conocedor del tema y viene demostrándolo a través de múltiples trabajos y aportes realizados en diversas partes del mundo.

Es cofundador y presidente de Novaster, consultora de pensiones líder en España y Latinoamérica en asesoramiento previsional y de inversiones y riesgos, y ha hecho consultorías para la Comisión Europea, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y para varias empresas y gobiernos.

“Otra cosa es la visión que se tenga. Hay sistemas de ahorro (de capitalización) que son de visión pública, así como hay sistemas de reparto que son de gestión privada, en el mundo. Eso significa que no se tiene que pensar que la gestión de un sistema de capitalización necesariamente es privatizada, ni que la gestión de un sistema de reparto es pública. Puede haber combinaciones de ambas cosas”, explica.

Desde su punto de vista, la parte laboral es de alta relevancia para el tema abordado. “Los elementos más importantes en cualquier sistema de pensiones, sean de reparto o de ahorros, son la longevidad (larga duración de la vida.) y la rentabilidad”, asegura. Lo que viene ocurriendo es que la longevidad sube y cada vez nacen menos niños. “Estamos yendo hacia mundos en los cuales la gente vive más tiempo y entra menos gente al mercado laboral”.

Según la aritmética de Diego Valero, el mundo se acerca a una tasa de “hijo por mujer”, inferior a dos. Implica que ya no se alcanza la tasa de reposición para el equilibrio en la población, que es de 2.2 niños.

Las estadísticas del gráfico son de un estudio de las firmas Novaster y BeWay.

Problemas en el camino, veamos

En la República Dominicana hay problemas asociados a la cantidad de gente sin pensión, incluyendo adultos mayores sumidos en la pobreza, y a bajas pensiones de los que sí tienen, explicadas por elementos, como los aportes bajos y la elevada informalidad..

Con un costo de poco más de 3,000 millones de pesos al año se podría dar una cobertura para esas personas y luego ir agregando a los demás. Los costos llegarían hasta los 30,000 millones de pesos, pero es un proceso que se puede hacer de forma gradual. El cálculo lo hace el reconocido especialista Valero. “Tenemos que conducirnos hacia pensiones mínimas o pensiones sociales, pero basadas en pruebas de medios. Es decir, que solo se pague a quien realmente necesita”, sugiere.

Mirada, previa a la Ley 87-01

Esa ley (la de Seguridad Social) en su momento se vio como buena, pero hay cuestiones que se quedaron pendientes, algo así como “colgadas, sin aterrizar en tierra firme”. Kirsis Jáquez, presidenta ejecutiva de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP) lo resume claramente cuando explica que “el sistema que implementa la Ley 87-01 tiene unos objetivos loables pero que no se han logrado alcanzar, principalmente por incumplimientos de lo dispuesto en la propia Ley”.

Cita, por ejemplo, el no desarrollo del régimen contributivo-subsidiado, y marginal del régimen subsidiado; un sistema fragmentado, mantenimiento de sistemas de reparto previos, con cargo al erario público -en buena medida-, opacos y con dudas sobre su sostenibilidad.

Agrega Jáquez que no se ha implementado el Seguro Familiar de Salud (SFS) para los pensionados, ni el bono de reconocimiento, ni mecanismos de protección al desempleo y que hubo un lento desarrollo de vehículos e instrumentos financieros para la inversión, y todavía el marco regulatorio de inversión de los fondos de pensiones está incompleto. Falta camino por recorrer. Y completarlo sumará mucho.

Asegura que hay altos niveles de evasión a la Seguridad Social e informalidad, con tasas superiores al 55 %; nivel salarial promedio de los cotizantes actuales entre 1 y 2.5 salarios mínimos, y a más del 40 % del total de cotizantes se le reporta salarios inferiores a un salario mínimo.

En las propuestas de cambios de ley de ADAFP están: pensiones mínimas contributivas a partir de 15 años de aporte, sistema de pensiones mínimas solidarias no contributivas, pensión por discapacidad vitalicia, permitir movilización de sus fondos a los afiliados que emigran, integrar los independientes y trabajadores por cuenta propia, cotización gradual para salir de la informalidad, ahorro voluntario, sistema de ahorro previsional voluntario colectivo, equilibrar tasas de reemplazo entre hombres y mujeres y alinear la edad de retiro a expectativa de vida.

Lo que hicieron otros en 22 años

Entre 1995 y 2017, un total de 76 países aumentaron la tasa de cotización en sus programas de reparto (por ejemplo: Francia, Noruega, Rusia, Portugal, Costa Rica); 54 países debieron subir la edad de retiro (por ejemplo: Alemania, Corea del Sur, Dinamarca, España, Francia, Grecia); y 67 ajustaron la fórmula de cálculo de los beneficios, recortaron o congelaron el monto de las pensiones de vejez (Brasil, Bélgica, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Vietnam, Japón), según un estudio de las firmas Novaster y BeWay.

Puntualización

Kirsis Jáquez
Presidenta ejecutiva de la ADAFP

“En la ADAFP promovemos cambios en la Ley de Seguridad Social y perfeccionamientos normativos que permitan robustecer el sistema de pensiones en la República Dominicana, a fin de hacerlo más eficiente, solidario, sostenible y universal… que garantice más y mejor protección a los afiliados y sus familias, siendo eje fundamental de la estabilidad y el desarrollo económico y social de nuestro país”.

Voz autorizada

Diego Valero
Presidente Novaster y BeWay

Un dato que cita el experto es que en el tiempo que lleva el sistema dominicano casi la mitad de la población tiene derecho a una pensión futura. Con eso no se contaba antes de la ley. Otro elemento positivo es que las personas son dueños de sus fondos y tienen derecho sobre ellos; derecho que no existe en el sistema de reparto. Hay un fondo de solidaridad para pensiones mínimas. Hay 54,000 millones de pesos. En los sistemas de ahorro el patrimonio está separado de quien lo administra.

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