El Régimen de Competitividad e Innovación Industrial (RCII) ha dejado por 15 años (según un corte al año 2022) una marca significativa en el panorama industrial de República Dominicana.

En ese periodo, se ha convertido en un catalizador clave para el crecimiento de las industrias locales. En esos años se han calificado 732 industrias locales bajo el RCII, con un 85% que aprovecha los beneficios de esta ley. En promedio, cada año se han incorporado 16 nuevas empresas al régimen, que alcanza un máximo de 424 empresas calificadas en 2016. Aunque este dato puede sugerir una preferencia por las grandes empresas, los números revelan lo contrario.

De hecho, el 57% de las empresas beneficiadas durante estos 15 años son micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), de las cuales el 35% son micro y pequeñas empresas. Esto demuestra que el RCII no solo ha sido un apoyo para las grandes corporaciones, sino que también ha sido un impulsor clave para el crecimiento y la estabilidad de las mipymes en el país.

Contrario a lo que se podría pensar, el RCII no se limita a un sector específico de la industria. Ha abarcado una amplia gama de actividades manufactureras, desde la industria alimentaria hasta la farmacéutica, pasando por la construcción.

Esta flexibilidad ha permitido que empresas de diferentes sectores se beneficien de sus incentivos, lo que ha contribuido a fortalecer la diversidad y la competitividad del entorno industrial dominicano. En el ámbito tributario, el RCII ha sido un motor de innovación. A lo largo de los años, ha experimentado diversas modificaciones destinadas a extender los incentivos fiscales y ajustarlos según las necesidades del sector industrial.

La última modificación, implementada mediante la Ley 242-20 en diciembre de 2020, introdujo cambios significativos, como el incentivo al ISR societario en forma de crédito por inversión en activos fijos o depreciación acelerada. Esta medida, junto con otras exenciones y beneficios, ha sido diseñada según las mejores prácticas internacionales en la materia, con un enfoque en la inversión y la verificación de resultados.

Según el estudio titulado “Evaluación de impacto de los beneficios fiscales del régimen de competitividad e innovación industrial, enero 2024”, elaborado por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), uno de los aspectos más destacados del RCII es su impacto en la inversión y en la productividad.

Las empresas acogidas al régimen han demostrado un compromiso sólido con la inversión en activos productivos, con un promedio de RD$2.2 millones por empleado en el año 2022.

Este enfoque en la inversión ha impulsado la productividad y la innovación en el sector, con tasas de crecimiento del valor agregado y de las ventas superiores a las de sus pares no beneficiados por el RCII. Además, el régimen ha sido fundamental para fomentar las exportaciones, con un crecimiento promedio anual del 8% en las ventas al exterior de las empresas incentivadas. En términos de empleo y salarios, las empresas acogidas al RCII han marcado la diferencia. No solo emplean a más personas que el promedio del sector industrial, sino que pagan salarios más altos.

Ámbito de exportaciones y los mercados, las cifras

Las empresas acogidas al régimen han diversificado sus mercados y productos, exportando más de 900 productos distintos a lo largo de los años, dice el MICM. Este dinamismo ha contribuido significativamente al crecimiento de las exportaciones nacionales, representa el 47% del total de las exportaciones del país en 2022.

Además, el impacto del RCII en las exportaciones es evidente en su tasa de crecimiento, que supera en un 59% la de sus pares no beneficiados por el régimen. A pesar de los incentivos otorgados, las empresas acogidas al régimen han aumentado su contribución a los impuestos en proporción al total pagado. Es un claro reflejo de la mejora en la rentabilidad de éstas.

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