El Programa de Trazabilidad Bovina que inició en 2014 ha logrado registrar apenas 500 mil de los 2.5 millones de cabezas de ganado que tiene el país, una cifra que debiera ser mayor, pero eventos no esperados –como los de la naturaleza- han impedido que corra más.

El programa tiene alcance nacional, abarca las ocho regionales que hay conformadas, que son la Este, la Central, Sur, Suroeste, Norte, Nordeste y Noroeste y la Norcentral. De todas esas regionales se escogió primero a la Noroeste que es donde hay mayor avance en la colocación de un dispositivo que se coloca a cada ejemplar de ganado. Ahí se van a implementar, precisamente, los controles de movilización para que haya una verdadera trazabilidad.

La Dirección General de Ganadería (Digega) le dijo ayer a elCaribe que trabaja con un calendario que ha sido establecido, dando prioridad al tipo bovino, aunque podrían incluirse otras especies en algún momento, especialmente cuando concluya el actual proceso.

En concreto, el objetivo del sistema es contar con la mayor cantidad de información sobre la pecuaria, los centros de matanzas y de venta de ganado y sobre las características de cada animal, en el renglón citado. Hasta ahora lo que existe es una trazabilidad de origen, que es la implementación o colocación de aretes a las vacas, toros y becerros. Luego de que se les colocan esos aretes se llevan a un sistema donde se les coloca las identificaciones, los establecimientos donde están o viven, los productores y otros componentes. Toda esa data va a un sistema digital. El sistema de trazabilidad está compuesto por tres fases: el primero incluye la colocación de un registro de identificación de productores. Es decir, poner el ganadero, que es el productor y dónde está ese ganadero y el lugar donde tiene los animales. La segunda fase es la identificación de los animales, que es el número que se le pone a cada uno de ellos con su edad, su raza y otros elementos. Luego está el control de movilización, que es por donde empieza justamente la trazabilidad.

Hablar de trazabilidad equivale decir seguirle los pasos al animal desde su nacimiento hasta que está en el matadero, por ahora (en el caso dominicano). En otros países la trazabilidad llega hasta la mesa, eso significa que la persona que está consumiendo la carne sabe con certeza de dónde viene, porque toda la data está en un código de barra. Y ese código de barra tiene el nombre del productor, los movimientos que tuvo el animal en su vida útil, con cuáles medicamentos lo trataron y otros puntos.

Mirando hacia afuera

Exportar no es una tarea fácil, especialmente debido a las especificaciones que piden los importadores extranjeros, lo que indica que hay que dirigir mayores esfuerzos para ser exitoso. Y en el caso del ganado, desde hace años se habla y se busca –sin conseguirlo- poder exportar al mercado internacional. Se resalta lo vital de que República Dominicana tenga mayor control del ganado y de los productos y subproductos de animales.

Encaminar un programa de trazabilidad no es una tarea del todo fácil, especialmente porque hay que convencer al productor de que lo que se busca es tener el control de la población animal que existe y de la importancia de que esos animales se mantengan sanos. Una de las resistencias con que a menudo se encuentran los técnicos es que el ganadero no quiere ofrecer la información completa de las cabezas que posee, entendiendo que con eso “el fisco” le caerá atrás para cobrarle impuestos.

No se entiende que se busca llevar buen control

“A veces no se entiende que buscamos tener un buen control de la sanidad y un control sobre las campañas sanitarias cuando nos acercamos a los ganaderos buscando la información”, dice la Dirección de Ganadería. Hace varios años el organismo aseguró que estaban inmersos en una reingeniería y en el fortalecimiento de toda la capacidad de información que tienen y en desarrollar un plan plurianual que indicara el horizonte a seguir en el país. Es decir, que el organismo diseñó un plan estratégico que antes de eso no tenía.

Si se sigue igual curso, la cifra podría no lograrse

Con la identificación que se coloca a un animal, es más difícil que este se confunda con otro. Eso es importante cuando se busca tener bien identificados a aquellos que están enfermos.
Hasta ahora el proceso se está realizando con los operadores de campo que tiene la Digega. Y se espera nombrar una mayor cantidad para reforzar al equipo que opera actualmente. La meta es tener un registro total de todos los animales, al año 2020. Si se siguiera el curso que se ha llevado, el número parece imposible de lograr.

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