Economista sugiere a las autoridades rebajar entre 70 y 120 puntos básicos a las metas de crecimiento del PIB

La economía dominicana ha iniciado el segundo semestre con dos grandes retos: lograr una extraordinaria recuperación que le permita acercarse a su meta de crecimiento y al mismo tiempo evitar que los precios internos pierdan el rumbo que ya habían tomado, en la meta fijada para el período.

Lograr los niveles previstos en las proyecciones originales tanto de crecimiento del producto interno bruto (PIB) como del índice de precios al consumidor (IPC) implica desafíos importantes, tanto para la política monetaria ahora en dirección expansiva, como para la fiscal, que deberá ayudar a la expansión económica, con el riesgo de “calentar” mucho y alterar la estabilidad que comenzó a recuperarse.

No hay una cifra oficial del crecimiento económico del primer semestre, pero por el comportamiento del IMAE, el indicador que mide la actividad económica mensual, al mes de mayo, con un crecimiento de 1.4 % para los primeros cinco meses del año, se calcula que sería de 1.6 % para la primera mitad del 2023. De la inflación, el informe ofrecido ayer por el Banco Central (BCRD) sitúa el IPC de junio en 0.22 % y la interanual en 4.0 %, en el centro o punto medio de la meta.

El panorama para la segunda mitad del año luce complicado, según opinan economistas, que basan su creencia en que el crecimiento puede recuperar sus niveles tradicionales y quedar acorde con las proyecciones, pero llevarlo al estimado de 4.2 % con base en una política monetaria expansiva, como la puesta en marcha desde abril pasado, pudiera resentir la inflación, que debido a las medidas restrictivas aplicadas desde noviembre del 2021 hasta octubre del 2022, fue guiada en descenso a su nivel meta.

Para el economista Antonio Ciriaco, decano de la facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el escenario de crecimiento no luce muy despejado, porque para lograr la expansión económica proyectada se deberá registrar un crecimiento en el último tramo muy elevado. Y sugiere llevar a la baja el objetivo de crecimiento del año, de 4.2 % a 3.0% o 3.50%.

“Esto significa que la economía tendrá que crecer, en la segunda mitad del año, en alrededor del 6.5%, muy por encima de su crecimiento potencial (5.0%) para así alcanzar la meta de crecimiento del 4.2% que se han trazado las autoridades para este año 2023”, opinó ante una consulta de elCaribe.

Se basó en que durante los primeros cinco meses, la economía creció 1.4 %, en promedio y que los pronósticos de crecimiento para el mes de junio estarían alrededor del 2.8 %, lo que “significa que la economía dominicana tendría un crecimiento promedio en el semestre enero-junio de este año 2023 de 1.6%”.

En los años 2020 y 2021, el crecimiento económico fue más acelerado en la segunda mitad. En el caso del 2021 hubo un factor que contribuyó a la mayor celeridad y fue el gasto de capital que en los primeros dos cuatrimestres se mantuvo casi imperceptible y se recuperó a final del período. En ese año la economía creció un 12.3 por ciento, con un fuerte impulso del sector construcción, que se expandió sobre el 23 por ciento, impactado por el aumento del financiamiento que conllevó la entonces vigente política monetaria expansiva y la reactivación de proyectos de inversión pública.

Una opción que los entendidos ven como posible para impulsar el crecimiento en el segundo semestre es la del gasto público, aplicando una política fiscal activa, expansiva, para que comparta con la política monetaria la responsabilidad de la expansión del PIB, cuya composición es un poco más del 80 por ciento de origen privado.

Pero hay dudas acerca de la capacidad del Gobierno para aumentar sus gastos, por falta de espacio fiscal si quiere mantener su meta de déficit fiscal y su nivel calculado de endeudamiento. Si opta por superar esa meta y decide endeudarse con la banca nacional, entonces reduce la disponibilidad de efectivo destinado al sector privado.

Hay corrientes de pensamiento económico que no favorecen endeudar al sector privado cuando hay una desaceleración en la economía porque sería crearle problemas al propio sector y a la recuperación de los créditos de los bancos.

El entorno del PIB ahora difiere de el del pasado reciente, al menos en cuanto a los sectores que mayor aporte tuvieron al crecimiento. Turismo, remesas y exportaciones siguen con volúmenes altos, pero con menor intensidad.

Un economista consultado a título privado analizó que en Estados Unidos la tasa de crecimiento del PIB en el primer trimestre del año fue del 2% y los precios en la mayor economía del mundo y principal socio comercial dominicano están todavía por encima de la meta objetivo, situación por la que la Reserva Federal se dispone a seguir aumentando su tasa de política monetaria, igual que el Banco Central Europeo. “Tengo el pálpito de que nuestro banco central va a revertir su política cuando comiencen a aumentar de nuevo los precios”, comentó el economista, que pidió no ser citado.

Insistió, a modo de consulta, en su posición argumentando que. “Si el crecimiento interanual de los préstamos fue del 16.3% y la actividad económica creció 2.4% en mayo cuando el promedio enero mayo fue del 1.4%”, eso quiere decir que la expansión del “crédito está impulsando y calentando la economía puesto que mayo más que duplicó el crecimiento de los tres anteriores”.

Sin embargo esa fuerte expansión del crédito no lo sientes en los precios ni en la tasa de cambio, razonó y se pregunta: Por qué entonces con esa fuerte expansión del crédito cuadruplicando la tasa de inflación, las autoridades buscan expandir más el crédito? “No entiendo esa desesperación. No hay que empujar el crecimiento a que llegue al 4% si para eso estás acelerando peligrosamente la expansión del crédito”, expuso.

En cambio, el doctor Antonio Ciriaco Cruz, considera que es un gran reto que tienen las presentes autoridades económicas, para alcanzar la meta de crecimiento sin perturbar la ya alcanzada meta de inflación.

Opina que “igualmente la política fiscal tendrá que mantener un nivel de gasto de capital de alrededor del 12% del gasto total para que la política fiscal apoye la expansión de la demanda agregada”.

“Todo parece indicar que la política monetaria del Banco Central se concentrará en el crecimiento de la economía en este segundo semestre. Y como la inflación está en su rango meta, por consecuencia el Banco Central parece que no vislumbra grandes aumentos y choques externos que puedan revivir la inflación externa (alza de fletes, comodities, petróleo, gas natural y otros)”.

Entiende el economista que “cualquier indicio de presiones inflacionarias por la depreciación del tipo de cambio, pienso, el Banco tiene suficientes reservas internacionales para contener una fuerte depreciación del tipo de cambio”.

Refiere, como “otra opción, que sería muy pertinente, que el Gobierno recorte su pronóstico de crecimiento” y lo sitúe entre un 3.0% y 3.5%, “lo que permitiría que las políticas expansivas (monetaria y fiscal) no calienten demasiado la economía y reviva la inflación y deprecien mucho el tipo de cambio”.

Precedentes

En el 2021, en plena aplicación de una política monetaria ampliamente expansiva, resultado de una combinación de incentivos monetarios vía concesión de re cursos de liquidez y liberación de encaje legal al sistema financiero para ser prestado a la producción y al consumo a tasas bajas, la economía cerró con un crecimiento de 12.3 por ciento, cifra superior a las proyecciones oficiales que se tenían para el cierre de ese año. En el informe que ofreció entonces, el BCRD dijo que al comparar con la región de América Latina, ese resultado colocó a la República Dominicana como uno de los países de mejor desempeño relativo con respecto a la pre-pandemia, al evidenciar un incremento de la actividad económica de 4.7 % en 2021 con relación al año 2019, mostrando una reactivación real de la economía dominicana.

El comportamiento del PIB de este período reflejó la incidencia de la implementación oportuna de medidas monetarias y fiscales, con el fin de mitigar el impacto económico de la crisis sanitaria, destacándose el amplio plan de estímulo monetario puesto en marcha desde el inicio de la pandemia de unos RD$215 mil millones, dirigido a los sectores productivos. Las disposiciones de política monetaria beneficiaron a más de 92 mil usuarios de crédito, mientras que, en el ámbito fiscal indicó que se destacó la aceleración de la inversión pública en los últimos meses del 2021, el incremento del gasto en los sectores salud y educación, y en los programas sociales, con el objetivo de moderar las repercusiones de la pandemia sobre los empleos y los ingresos de las familias.

Al año 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) real registró un crecimiento interanual de 4.9%, desempeño que según informó el Banco Central fue alcanzado a pesar de la desafiante coyuntura a nivel global, en que la economía mundial se vio afectada durante 2022 por el impacto significativo de dos eventos sucesivos, siendo el primero los efectos rezagados de la pandemia del covid-19 y el segundo la invasión de Rusia a Ucrania. “Las secuelas de los mismos se reflejaron en restricciones en la oferta agregada y presiones inflacionarias a nivel global debido a las disrupciones en las cadenas de suministros, los elevados precios de las materias primas (commodities) en los mercados internacionales durante gran parte del año, incluido el petróleo, y el incremento en los costos de transporte de los contenedores”. Explicó en esa ocasión que como consecuencia, la mayoría de los países, incluso las economías avanzadas y emergentes, adoptaron una postura monetaria restrictiva para controlar las presiones al alza de los precios”.

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