Juan Francisco Brito es un preparador de tierras que conoce al dedillo los frutos que pueden obtenerse cuando se trabaja con dedicación
Juan Francisco Brito Fabián, un hombre de 45 años originario de San Francisco de Macorís, provincia Duarte, no es solo un operador de equipos de labranza, es un emprendedor a tiempo completo.
Hace más de cinco años, en una conversación con su hermana, surgió la idea de asociarse para adquirir un equipo y ofrecer servicios de arado y preparación de tierras a los agricultores locales.
Con más de 15 años de experiencia en el campo y buenas referencias, Juan Francisco logró obtener el primer préstamo para convertir su idea en realidad. Se dedicó a mejorar las condiciones agronómicas del suelo, lo que resultó en una disminución significativa de los costos de producción para los agricultores de su comunidad.
“En el 2020 pude mantenerme guardando pan para mayo”, le dice al periódico elCaribe en una conversación franca y abierta.
Su mirada está puesta en el futuro; planea expandir su negocio adquiriendo terrenos para cultivo y modernizando su maquinaria para poder ofrecer más empleos en su comunidad.
Para Juan Francisco, ser emprendedor en el campo significa tener paciencia y amor por la tierra. “Hay que tener visión especial para cubrir cada rincón con la máquina, sin dañar el suelo y aprovechar todos los recursos naturales que tenemos”, explica.
Las ganancias de su negocio no solo se reflejan en su familia y en su comunidad, sino también en su compromiso con el desarrollo agrícola de la República Dominicana. Con una variedad de cultivos que van desde lo tropical hasta lo tradicional, el país tiene un gran potencial agrícola.
El gobierno dominicano ha reconocido la importancia del sector agrícola y ha implementado políticas y programas para promover su desarrollo. La inversión en infraestructura, la capacitación técnica y el apoyo financiero a los agricultores son algunas de las medidas que buscan impulsar el crecimiento sostenible del sector y crear oportunidades para emprendedores como Juan Francisco.
Al trabajador hombre se le puede contactar al teléfono/celular 809-478-9255 o al correo electrónico [email protected]. Además, ha recibido financiamiento de la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD) y ha sido nominado al Premio al Desarrollo Agropecuario.
El éxito de Juan Francisco posiblemente no habría sido posible sin el apoyo de la FDD, que le otorgó el préstamo inicial para iniciar su negocio. La FDD es una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo promover el desarrollo económico y social en la República Dominicana, brindando apoyo financiero y técnico a emprendedores y pequeñas empresas en sectores clave como la agricultura.
Uno de muchos
La capacidad emprendedora del dominicano es evidente en cada rincón del país. Desde las montañas de la Cordillera Central hasta las llanuras del Cibao, hay hombres y mujeres como Juan Francisco, que están dispuestos a trabajar duro y a hacer sacrificios para alcanzar sus metas. Son personas que ven oportunidades donde otros ven obstáculos; que están dispuestas a arriesgarse y a enfrentar los desafíos que surgen.
República Dominicana, con su variedad de microclimas y suelos fértiles, es un lugar privilegiado para la producción agrícola.
Desde las regiones costeras hasta las tierras altas, el país ofrece condiciones propicias para una gran diversidad de cultivos. Además de los productos tropicales como plátanos, piñas, mangos y lechosa, el país también produce cultivos tradicionales como arroz, maíz, café y cacao.
Pero más allá de las condiciones naturales favorables, es la gente como Juan Francisco Brito Fabián la que impulsa el verdadero progreso del país. Son personas que, a pesar de las dificultades y los obstáculos, se levantan cada día a construir un futuro mejor para ellos y sus familias.
Juan Francisco Brito Fabián es una muestra de que en el territorio dominicano hay mucha gente útil y trabajadora, dispuesta a contribuir al desarrollo del país de manera honesta y digna.
Su historia es un ejemplo de que, si se quiere trabajar, no es necesario recurrir a actividades ilícitas como el atraco o el robo. En un país con tanto potencial como República Dominicana, el verdadero tesoro está en su gente y en su capacidad para transformar sueños en realidades.