La Estrategia Nacional de Desarrollo (END) refleja retrasos y rezagos importantes en varios de sus “mandamientos” y metas económicas en materia de reformas, aunque va bien en cuanto a logros de crecimiento y estabilidad.
El principal retraso se ha producido en el área fiscal, al no alcanzarse el nivel de presión tributaria planteado para el tercer año de vigencia de la legislación.
Las reformas sectoriales del área económica arrastran los mayores atrasos y se debe a que están vinculadas a la firma de pactos que el Gobierno no ha terminado de concertar con la sociedad. Esos retrasos han dilatado el arribo o logro de objetivos de la END definidos “como un viaje de transformación hacia un país mejor, hacia el país que los dominicanos y dominicanas han expresado que desean para 2030”.
Pactos fiscal y eléctrico, para cuándo
Las reformas al sector eléctrico y fiscal, como parte de dos pactos mandados por la END en sus primeros tres años de aplicación, son a seis años de vigencia de la Ley 1-12, los grandes ausentes de esa norma que define los umbrales de desarrollo del país hasta el 2030. El crecimiento económico elevado ha sido el mayor logro, pues la media de expansión del producto interno bruto del 2013 al 2017 ha sido de alrededor de un 6%.
La formulación de la propuesta que se convirtió en la Ley 1-12 fue el resultado de un largo proceso de estudio, análisis, reflexión, debate, consulta y creación de consensos. En noviembre de 2009, el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo y el Consejo Nacional de Reforma del Estado, presentó a la sociedad dominicana una primera versión del anteproyecto de Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo y el documento de base Estrategia Nacional de Desarrollo: Un viaje de Transformación hacia un País Mejor.
Durante el año 2010, este anteproyecto fue sometido a un profundo proceso de consulta, en el cual participó un amplio espectro de sectores y organizaciones representativos de la sociedad dominicana. En el mismo se involucraron adolescentes y jóvenes, que comienzan a ensayar su participación e incidencia en la construcción de una sociedad democrática; personas de la tercera edad, con la experiencia y serenidad ganadas con años de luchas y conquistas; personas con discapacidad, con el temple forjado por la superación de barreras y limitaciones; y un conjunto de mujeres y hombres residentes en nuestras ciudades y campos que mantienen la esperanza de un país mejor.
Estructura estratégica
El concepto general de la END fue planteado en ejes estratégicos, divididos por sectores. El Tercer Eje Estratégico postula: “Una economía territorial y sectorialmente integrada, innovadora, diversificada, plural, orientada a la calidad y ambientalmente sostenible, que crea y desconcentra la riqueza, genera crecimiento alto y sostenido con equidad y empleo digno, y que aprovecha y potencia las oportunidades del mercado local y se inserta de forma competitiva en la economía global”.
El eje fue planteado partiendo del criterio de que el modelo de desarrollo que ha guiado la economía dominicana en las últimas décadas, ha dado lugar a un crecimiento importante, pero muestra debilidades que limitan su potencialidad para construir el país deseado, reflejando insuficiencias e incapacidades en áreas de relaciones institucionales y creación de empleos dignos.
Economía con altos niveles de crecimiento
La Visión 2030 requiere de una economía que logre un alto crecimiento económico y de forma sostenida en las próximas dos décadas, evitando caer en episodios de crisis; pero sobre todo requiere que este crecimiento genere equidad a través del desarrollo de las capacidades productivas y emprendedoras de la población y la generación de empleo digno. Para tal fin, ha de propiciarse la inserción competitiva del país en la economía global y el aprovechamiento de las oportunidades que brinda un mercado local en expansión.
Las bases que deben soportar el crecimiento
La Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana 2030 plantea que el desarrollo económico del país ha de sustentarse en el logro de cinco objetivos generales. El primero cita una economía articulada, innovadora y ambientalmente sostenible, con una estructura productiva que genera crecimiento alto y sostenido, con trabajo digno, que se inserta de forma competitiva en la economía global. El segundo objetivo plantea la existencia de energía confiable, eficiente y ambientalmente sostenible.
