Washington. La Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría republicana, dio su aprobación final con 218 votos a favor y 214 en contra al plan fiscal impulsado por el presidente, Donald Trump, que había presionado para poder ratificarlo este 4 de julio, Día de la Independencia del país.

Ese proyecto de ley había afrontado obstáculos tanto en el Senado, donde los conservadores también tienen el control, como en la Cámara Baja.

Tras una primera aprobación en la Cámara Baja el pasado 22 de mayo y el visto bueno del Senado este pasado martes con el voto de desempate del vicepresidente, JD Vance, esa normativa, bautizada por el propio Trump como “gran y hermoso proyecto de ley”, recibió finalmente su autorización final.

El último obstáculo al que ha hecho frente han sido las 8 horas y 45 minutos del discurso con el que el líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, intentó retrasar el voto para obstaculizar el proceso.

Los republicanos solo podían permitirse tres bajas entre sus propias filas. Finalmente, solo dos se desmarcaron de la línea del partido.

En los últimos días tanto Trump como el presidente de ese hemiciclo, el conservador Mike Johnson, habían incrementado la presión contra los legisladores reticentes.

“Esta podría ser la votación más importante que cualquiera de nosotros haga en toda su vida. (…) El presidente de Estados Unidos espera con su pluma. El pueblo estadounidense espera este alivio. Ya hemos oído suficiente. Es hora de actuar. Terminemos el trabajo por él votando a favor”, había dicho Johnson este jueves justo antes de proceder al voto.

El proyecto de ley busca hacer permanentes las deducciones fiscales que aprobó el presidente en su primer mandato (2017-2021) y contempla importantes recortes presupuestarios que afectarán a programas como Medicaid, además de aumentar las partidas para seguridad fronteriza y defensa.

La nueva ley fiscal y presupuestaria aprobada este jueves por el Congreso de Estados Unidos inyectará miles de millones de dólares al proyecto antimigratorio del presidente Trump.

La mayoría republicana en ambas Cámaras apoyó un mayor gasto del Gobierno en materia de agencias de seguridad, que se destinará, por amplio margen, al manejo de la inmigración.

Las voces críticas de esta legislación han calificado el gasto de “inédito” y alertan que acelerará la agenda de deportaciones masivas de la Administración, con consecuencias “caóticas” para la población migrante de EE.UU. y la economía del país.

Trump planea firmar la pieza en un acto en la Casa Blanca este viernes 4 de julio, el Día de la Independencia estadounidense.

Impuestos a las remesas y pérdida de beneficios

La ley crea un nuevo impuesto que afectará directamente la economía de los migrantes en EE.UU.: un gravamen del 1 % a las remesas enviadas al extranjero. La ley también incluye medidas que afectan directamente a los migrantes, restringiendo su ya limitado acceso a beneficios fiscales. Las familias en las que uno de los padres sea indocumentado o no tenga un número de seguro social no podrán acceder al programa de crédito fiscal por hijos.

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