Quito. Ecuador se prepara para reeditar la disputa electoral que vivió en 2006, cuando la familia Noboa se enfrentó al correísmo en las urnas. Ahora son Luisa González en lugar de Rafael Correa, y Daniel Noboa en vez de su padre, Álvaro, quienes pugnan por ganarse el favor del electorado en la segunda vuelta presidencial del próximo 15 de octubre.

González y Noboa superaron a seis candidatos el pasado domingo en la carrera por suceder al conservador Guillermo Lasso en la jefatura del Estado hasta el 24 de mayo de 2025, cuando debía terminar su mandato, si no hubiese disuelto el Parlamento e invocado la “muerte cruzada”, forzando así estas elecciones extraordinarias.

Pero el correísmo y los Noboa se medirán en un nuevo escenario: el de un país completamente diferente al de 2006, en el que el temor por la inseguridad y el desempleo no tenían los preocupantes niveles actuales.

Los protagonistas de la disputa también son diferentes: González, de 45 años y la primera mujer en disputar un balotaje, se ampara en la experiencia y fortaleza de Rafael Correa (2007-2017), mientras que Daniel Noboa, de 35 años, ofrece una imagen fresca y alejada del populismo que envolvía a su millonario padre.

“Noboa es un candidato joven, deportista, afincado al tema del emprendimiento, los estudios… No es el mismo cuadro (que su padre), posiblemente sí la misma chequera, pero en un contexto completamente diferente”, dijo a EFE el analista César Ulloa.

Para Ulloa, a Daniel Noboa no se le puede endilgar el pasado político de su padre, quien intentó -sin éxito- llegar por cinco veces a la Presidencia, aunque eso fue una escuela para el ahora candidato finalista, quien estuvo involucrado en los procesos de campaña de su progenitor.

La entrada a la política de Daniel Noboa se dio en 2021 cuando llegó a la Asamblea Nacional (Parlamento), donde también estaba González, quien ocupó varios cargos en el Gobierno de Correa.

Noboa se postuló a la Presidencia por ADN, su propio partido, junto a otros grupos políticos cercanos del expresidente Lenín Moreno (2017-2021), también exvicepresidente de Correa y ahora su acérrimo enemigo.

Precisamente ese es uno de los achaques que comenzaron a circular tan pronto pasó a la segunda vuelta, pero Daniel Noboa abandera el discurso de la gente nueva, y evade todo tipo de confrontación, una de las razones que le llevaron al balotaje, en una sociedad cansada de la violencia y la desacreditación entre políticos.

Con una carrera empresarial de éxito, a Noboa le cuestionan su poca experiencia en el quehacer público, como le ocurrió a Lasso, al punto de que González, ha pedido a la población que vote “bien, con conciencia: ‘no queremos un Lasso 2.0’”, señaló el domingo tras conocer los resultados. Pero Noboa sostiene que “no será la primera vez que un nuevo proyecto le da la vuelta al ‘establishment’ político”.

Ya en 2006 ocurrió lo mismo con la llegada de Correa, que venció a partir de allí en las elecciones durante su década de mandato, en la que se denunciaron diversos actos dea corrupción.

Mirada al futuro con vista al pasado

González mantiene un discurso de perspectiva de futuro, pero anclado al pasado con la recurrente mención a lo que ya se hizo en la década del correísmo en el poder. González sigue la línea del discurso de Correa, mientras que un pausado y sereno de Noboa dista del exaltado hablar que muchas veces tenía su padre. Pero aunque Noboa se presenta como una figura fresca, también ha comenzado a apelar a campañas pasadas de su padre, al usar la misma tonada en las propagandas de la campaña.

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